Bruno Servet

El pasado mes de enero, vio la luz pública el libro escrito por el Papa Francisco y el editor Carlo Musso. Es un libro de fácil lectura, ya que el tipo de letra es de un tamaño muy asequible a su lectura. Consta de 334 páginas, que dan cuerpo a los 25 apartados del mismo. Tal como está de salud el papa Bergoglio, es bastante probable que sea su último libro. Este libro ha tardado en salir, pues tenía que haber estado en las librerías antes de terminar el 2024, pero una orden vaticana hizo que se suspendiese su llegada a estos establecimientos. Se ha comentado, extraoficialmente, que el motivo ha sido la no inclusión de algunas de las ideas escritas en el original, una especie de autocensura personal, promovida por sus “asesores” vaticanos.

Justo al terminar la lectura de Esperanza, la autobiografía, los medios de comunicación se han hecho eco de una noticia que hace que antes de continuar hablando del libro, pase a comentar la misma, ya que tiene como motivo una actuación de varios sacerdotes, en lo que se refiere al tema de la homosexualidad y su “conversión”, mediante métodos que la ICAR, en su conjunto, rechaza de manera clara. El arzobispo de Valencia, Enrique Benavent, ha suspendido la actividad del Centro de Orientación Familiar (COF) Mater Misericordiae, la decisión del arzobispo llega un año después de que Levante-EMV iniciara una investigación periodística sobre el tema, sacando a la luz muchas de las prácticas del docente que ha terminado en los juzgados, el docente Federico Mulet ha sido denunciado por 5 estudiantes en Alaquàs. Trataba de “sanar su homosexualidad” con terapias que incluían la toma de pastillas, entre otras muchas aberraciones. Oficialmente han pasado por el Mater Misericordiae unas 350 personas, pero extraoficialmente la cifra casi se duplica.
El Centro de Orientación Familiar es una asociación pública de fieles que no pertenece a la estructura de la propia diócesis. Sus estatutos otorgan competencias al arzobispado para nombrar y cesar a los cargos de la misma, que es lo que ha hecho el arzobispo. Fue fundado con la única finalidad de acompañar a familias y personas que pasaban por momentos difíciles. En septiembre del pasado año, la coalición política Compromís (Comunitat Valenciana) denunció que un profesor de un colegio concertado de Valencia impartía charlas de educación sexual en el centro, en las que hacía promoción de “terapias de conversión” con marcado carácter homófobo. Dicho centro de orientación familiar (Mater Misericordiae) es “uno los núcleos neurálgicos de las terapias de conversión, según decenas de testigos, hechos públicos en los últimos meses”. La coalición propuso crear una comisión en el ámbito de Les Corts, sobre las llamadas “terapias de conversión” de la orientación sexual en algunos centros diocesanos, pero la propuesta, que contó con el apoyo del PSPV, fue rechazada con los votos de PP y VOX, para que después vayan diciendo que ellos están por esclarecer la verdad de los asuntos que afectan a la ICAR.
La citada investigación descubrió que no era solo un profesor particular, sino toda una red, con decenas de personas operando en varias diócesis. Esta red -mafiosa- tiene sus centros neurálgicos en Madrid y Valencia. Uno de estos docentes trabaja actualmente en el colegio Santiago Apóstol de Marxalenes. Este sacerdote es autor de un libro titulado:
“Crecer como niños, crecer como niñas”, en el que justifica estas intervenciones y vende la llamada “conversión” a la heterosexualidad como algo inocuo para las personas y hasta deseable. El arzobispado de Valencia aparece como ligado a esta asociación, en concreto con la figura de Juan Ándrés Talens, secretario para la Defensa de la Vida de la diócesis de València. Talens es consejero del COF de Mater Misericordiae y ejerció de anfitrión en la presentación del libro antes citado. La parroquia de Talens está siendo investigada por el Ministerio de Igualdad para acoger y proteger este tipo de actos. En concreto una charla con “homosexuales sanados” a la que acudieron 150 personas el día del orgullo de año 2023. Las terapias de conversión están prohibidas en España desde ese año y en la Comunitat Valenciana desde 2018. Las consecuencias de no cumplir la ley pueden llevar consigo multas de hasta 120.000 euros.
A raíz de las últimas revelaciones de Levante – EMV, algunos grupos políticos como Compromís y Más Madrid, además de federaciones LGTBI, están reclamando modificar el código penal para que los casos más graves puedan conllevar cárcel. El Ministerio de Igualdad ya está investigando siete diócesis españolas por los mismos sucesos descritos en el caso Talens. Otro insigne defensor de estas terapias (de manera explícita) es el obispo de Orihuela-Alicante, José Ignacio Munilla. Comentó en su programa de radio que le constaba que “el profesor de Alaquàs hizo lo que tenía que hacer”. Munilla defiende que las terapias de conversión “existen”, sino que se trata de “acompañar a los homosexuales a la castidad”. El obispado no ha querido hacer declaraciones públicas sobre las citadas revelaciones, aunque abrirá una investigación interna.
Una vez realizada la parte que toca a la actualidad de la ICAR, voy a centrarme en lo que anuncia el título del artículo: el Papa Francisco y su autobiografía. Así pues, siguiendo el hilo de lo expuesto antes, voy a comentar lo que el papa argentino dice en la página 223. En contraposición de lo que afirman algunos cavernícolas del clero español: sacerdotes, obispos y algún que otro cardenal, el papa Francisco escribe: “en Fiducia suplicans, la Declaración del Dicasterio para la doctrina de la fe sobre bendiciones a las parejas irregulares, que firmé en diciembre de 2023. Se bendice a las personas no las relaciones. Todos en la Iglesia están invitados, también las personas divorciadas, las personas homosexuales, también las transexuales. Ninguna ley del Derecho Canónico lo prohíbe”. Para el papa Francisco la homosexualidad no es un crimen, es un hecho humano, por lo que la Iglesia y los cristianos no pueden permanecer indolentes ante esta criminal injusticia, ni ser pusilánimes. Dios los ama tal y como son, hay que tratarles con proximidad, misericordia y ternura, dime a quién excluyes y te diré quién eres”.
No hay nada de extraño que le tengan hasta odio al actual papa, ya que, tanto en la cuestión sexual como en lo tocante a la pobreza, la guerra y el respeto al diferente, el papa no se anda con rodeos. Veamos algunas ideas suyas sobre esos temas, que tanto les molesta a los talibanes de la ortodoxia cristiana-católica. Escribe Francisco: “Es raro que a nadie le inquieta la bendición a un empresario que explota a la gente, siendo un pecado gravísimo, o a quien contamina la casa común, mientras manifiesta públicamente su escándalo porque el papa bendiga a una mujer divorciada o a un homosexual”. Qué hermosas palabras las que se leen en otra de las páginas del libro, palabras que toda persona con sensibilidad humana tiene que tener muy en cuenta: “Tratemos a los demás con la misma pasión y compasión con la que quisiéramos nos trataran a nosotros”. Ya se podrían aplicar esas palabras los “fariseos” de la moral católica, que sólo piensan en ellos, en sus riquezas, sus prebendas y en sus actuaciones sectarias.
En cuanto a la pederastia es igual de contundente, no como al que el Opus Dei ha hecho “santo”, que miraba para otro lado cuando le notificaban los abusos de sus subordinados, tantos curas como laicos a su servicio. He aquí lo que escribe con relación a la pederastia, citando al evangelista Marcos (Mc 10, 13´16): El reino de Dios pertenece a los que son como ellos. No hagáis daño a uno sólo de estos pequeños. En la página 165 de Esperanza, se puede leer: “Desde el principio de mi pontificado, he sentido que se me requería para que me hiciera cargo de todo el daño que han cometido algunos sacerdotes, un número considerable, pero no muy grande respecto al total de consagrados. Aunque eso no es lo importante: basta con que en la Iglesia salga a la luz un sólo caso de abuso para que ya sea en sí mismo una monstruosidad. Con vergüenza y arrepentimiento, la Iglesia tiene que pedir perdón por el terrible daño que esas personas consagradas han cometido al abusar sexualmente de niños, un crimen que genera profundas heridas de dolor y de impotencia, ante todo en las víctimas, pero también en sus familiares y en toda la comunidad”. Entre estas palabras y la actuación de la Conferencia Episcopal Española hay un abismo insondable. Aquí, durante décadas, la jerarquía eclesiástica ha mirado para otro lado, y cando se ha descubierto la corrupción pedófila, ya sabemos cómo ha actuado en nuestro país. Y termina el papa diciendo, sobre este tema: “No se puede tolerar ningún silencio ni ninguna ocultación en este tema ni fuera de la Iglesia ni mucho menos en su seno. No es un asunto negociable”. “El dolor de las víctimas es una queja que llega al cielo, que toca a las almas y que durante mucho tiempo ha sido ignorado, ocultado y silenciado. En la ira justificada de la gente, la Iglesia ve el reflejo de la ira de Dios, traicionado y abofeteado por estos inmorales consagrados”. Que vaya tomando nota el fachoso episcopado español.
Se podrían sacar a relucir muchas ideas que como libertarios y amantes de un mundo nuevo, ese que llevamos en nuestros corazones, como decía Buenaventura Durruti Domínguez, no hay otro remedio que compartirlas. Para finalizar este artículo haré referencia a la postura de Francisco con respecto al tema de la guerra. Dice Francisco: “Siempre me ha enfadado la guerra, la de Vietnam, que en ese momento vivía su sangrienta escalada, como las de hoy”, “La guerra, todas las guerras, son siempre incomprensibles. La guerra es siempre una masacre inútil”. Es verdad que no he hecho alusión a su actuación durante la dictadura argentina. El espacio es el que es. Así que quien esté interesado en ello, tendrá que leer el libro, que en términos generales es bastante interesante, sobre todo para quienes seguimos las actuaciones del clero y sus avatares en favor de los de siempre. Tal como está de salud, le quedan pocos días de vida. Esperemos que el nuevo Papa, a este le nombró el “espíritu santo” de manera interina, y ya dura 13 años, no sea español, ya que la ICAR volvería al Concilio de Trento.

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