Furia Libertaria

Si vamos con prisa será imposible lograr que todo sea del gusto mismo de cada opinión: ¡Aunque nada más imposible! Si de valorar la conducta, será que somos capaces de apreciar lo importante, sobre todo en nuestro perfil, tratar de confundir el valor de las cosas con las otras del juego ventajoso, de lo que se piensa, sin ser capaces de proteger el cultivo de la torpeza incongruente, eso que pone en duda el verdadero sentir de lo que ve nuestro criterio y luminosos ojos. Son, pues, valores tocados por el improvisador lujo de las creencias, porque de ellas se derivan los infinitos resultados de la suerte, buscada siempre desde la aventura, siempre rebelde, frustradora en toda clase de encuentro con la coherencia de poder hacer las cosas, a pesar de tanto como se oprime y confunde, cuando el devaneo de caminantes, inseguros de sí mismos, siguen a toda Vela. No obstante, protegidos por el interés de encontrar la lámpara del Aladino idealista, propio de ilusionados soñadores, en busca de lo desconocido, que siempre será lo que sin duda busca, sin duda pretende entender y, sin duda, retorna de lo tenebroso, y la triste, por farragosa costumbre, ante la ausencia del verdadero porvenir: Esa verdad que presiente, pero nunca logra conseguir, a pesar de la tenacidad puesta, en el juego de encontrar la suerte todavía ignorada. Uno de los Valores más vilipendiados en la Sociedad -de las obligaciones- que disfrutamos será, pues, tener que sufrir la media docena de innecesarias formas sociales, desde las gobernadas costumbres, sin poder remediar el ejercicio turbio, hasta la costumbre -por ausentarse de soslayo- sobre todo en lo nefasto del propio estilo relevante, innecesariamente aconsejable. Desde luego que hay Valores subrayados con el firme propósito de triunfalismos, igualmente innecesarios.
Son Valores aquellos estados oposicionistas donde la circunstancia primera es la de proteger la propia defensa de Obras Maestras, especialmente las Presas, y no son mujeres, construidas para sobrevivir en caso de tener que sufrir los adversos climas, cuando la naturaleza de los fracasos sociales pone fin al mayor de los peligros: la Vida y el Futuro Social. Siempre, como Idea milenaria, fuera obligación ciudadana ver que la sociedad es un primerísimo, de los múltiples Valores Sociales, a los que debemos llegar a tiempo, si no es que malinterpretamos la civilización que conocemos. Valorando así, con la precisión oportuna, tener que soportar lo que viene conociéndose como traición desde los intereses más viperinos, por los que pasa nuestra circunstancia cotidiana.
Es cierto que pueden preverse sino todas, casi su totalidad, para poder evitar tanto como se vive, ante las situaciones adversas, ya sea por el error de no haber atendido las cosas con máxima atención, como si de la forma de gobernar se tratase, desde el momento en que suceden los fenómenos adversos, incluida la práctica del Pillaje, propio de no saber qué Comer o Beber: Dormir o tener la opción de poder estar protegidos con un Techo que permita despejar toda clase de miserias. Valores que deberían ser protegidos para que vivir pueda disfrutarse de un futuro, sabiendo que somos gobernados, tal vez, necesariamente, con la inteligencia propia de sentimientos, certificando Seguridad: Sin el látigo que obliga a Sufrir, sin la incertidumbre sembrada por quienes legislan leyes malparadas, leyes propias del interés lucrativo, sobre todo sin apabullar desde el Poder, en este caso Político. Los Valores de toda política de Estado deben ser llamados a soportar los asuntos improvisadores cuando las Personas, el Pueblo, el País o Universo encuentran la dificultad o la devastadora Suerte que hace posible el holocausto, fundiendo la Naturaleza en Vida Pobre, Triste, Sin Sentido. Y aquí están los Valores que pueden predecir los fines concretos del siempre preocupante porvenir, de todo lo socialmente Humano.
Me enorgullece escribir, decir lo que ya fuera inspirado por el genial Clint Eastwood, al brindar una Copa de Optimismo a todos los que son sensibles ante la cruel adversidad: ESTE PAÍS ES NUESTRO. NO ES DE LOS POLÍTICOS. LOS POLÍTICOS SON NUESTROS EMPLEADOS. VAN A VENIR A SUPLICAR EL VOTO CADA POCOS AÑOS. ES LO DE SIEMPRE. ¡Deben gobernar y administrar! ¡Si lo hacen Bien… se le mantiene! “Y CUANDO ALGUIEN NO HACE SU TRABAJO HAY QUE ECHARLO”.

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