El odio es triste y obstinado
y aunque haya razón,
nos atormenta a nosotros
sin molestar al que lo provoca.
Evitar el odio en la mente
es quizás la buena causa
para el olvido del mal,
para sembrar la paz
en nuestros ojos cansados
y eliminar la oscuridad
que oculta la aventura
que es el bien vivir.
Teresinka Pereira
A los poetas suicidas
Sus almas al viento
sus cuerpos al cielo
de nuestro dolor.
La muerte
llegaría demasiado tarde:
hubo que acercársela
y nada ni nadie
la ha podido prevenir.
Poetas desolados:
su silencio es una herida
en mi voz.
Teresinka Pereira