Floreal Rodríguez de la Paz

Nunca es, porque no puede ser, ver que unos vivan a costa de otros. El Lujo, los Privilegios, las Luces sin sombra, los Clamores por la Felicidad y por la Libertad, porque no hay control del Placer; el risueño  comportamiento del Optimismo, los increíbles Fingimientos por algo que no será nunca, la Osadía que arrasa, como es, pretender llegar a donde no es posible; el Rebelde Ideal de quienes lo intentan, aunque sólo sea para no ser siempre Sumiso; el  esfuerzo por conseguir todas las Metas, aunque no se logre: la Belleza de versificar el instinto, aunque termine, como debe ser, en Poesía; los Amantes por aquello que pareciera imposible; el Listo que va caminando, con pecho erguido, por si con ello consigue pasar desapercibido; los intentos de conquistar el Orgullo que nos acompaña siempre, desde la Sinceridad; el gran interés para que no desistan los que nada creen fuera de la Realidad; la Pasión sentida por aquello que juega siempre a Ganar; el que miente porque le resulta rentable; los Vicios acosadores, que forman parte del estilo propio; el Veneno que acompaña al Engaño del que se cree Maestro de la Enseñanza, sin más Certificado que su propia Palabra hábil; el que se cree Santo, sin dejar de mostrar su endemoniada imagen; los Militares que van de Patriotas, ignorando su humana condición defensora para sí mismos; los Dioses que no tienen Cuna, como los demás vivientes; el que compra la Dignidad de la Ignorancia; el Celibato, condición practicada por la deformada costumbre de los salva Patrias; el Sabio que sabe cómo arreglar el deterioro del Mundo, pero no se atreve a salir de su clarividente inteligencia; ¿y el Fariseo? ¿Y los Confesores? ¿Y los creadores de la Miseria, que no ponen fin a la Misma: ¿Se llaman Políticos, quienes olvidan de dónde venimos? En definitiva, no es que estemos cansados de repetir las mismas algarabías, a las que nos tienen acostumbrados; es otra cosa lo que sucede. Si apagamos la Luz no se ve nada; si las políticas Estatales cumplen lo que dicen, es bien cierto que todo sería diferente, pero no es eso lo que sucede: A Río revuelto ganancia de depredadores. ¡Y lo saben!

Escribir así, como es el caso, es propio de sufrir la incomodidad; es propio de vivir, sí, pero sometidos al capricho de leyes fantasiosas. La circunstancia de cada momento está supeditada al compromiso que hay, sobre todo, cuando a diario se tiene  cierta claridad, algo que las políticas gobernantes no ven, o no quieren ver, y no es posible entender la locura que se crea ante la necesidad; incluso la falta de Cultura, que nunca termina de llegar a las mentes que viven su particular felicidad, no más allá del forcejeo, que se origina, al momento de no estar la seguridad que los ciudadanos merecen; sobre todo por encima de las costumbres burguesas o aburguesadas deformaciones, siempre turbulentas. Escribir así, como descargando el archivo de las peorías; bien, será un reto merecedor de toda atención. ¿Cómo entender, desde lo que sucede ahora mismo, que tengamos que acreditar lo que hacen nuestros políticos gobernantes? ¡Ni se sabe! Y todo porque siendo gobernados, como es el caso, tengamos que ser obedientes, hasta sumisos, porque es cierto que el cumplimiento de la realidad que nos sirven a la Carta -los políticos de turno-, tenga que ser como ellos mismos diseñan, legislan, aplican y, ojo, cúmplase o serás corregido con años de cárcel. Pues para eso sirve la política, para gobernar los bienes ajenos, el derecho de pernada; recordando siempre que “Ellos viven por los demás ciudadanos”, ya que sin los ciudadanos no sería posible desenvolvernos ante el responsable compromiso que debe defender la Sociedad. Pero claro, la Sociedad, sin el concurso de la ciudadanía, no sería posible ser dominarla, aunque para ello se aplique una política represora, como es el caso de estar gobernados por los centralismos burocráticos, puesto que son aplicados sin demasiadas formas defendibles.

Puede ser complicado intentar vivir con la furia del esfuerzo; pero de alguna manera las cuentas no salen. Digamos que son necesarias las prevenciones, a las que, sin ellas, será cuestionable tomar decisiones, como fin concreto al fenómeno de la escasez. El caso es que los que incurren en   plantes que deben defender los ciudadanos, van de mal en peor. No podemos andar con promesas, mucho menos si son generadas en las teorías de quienes gobiernan. Viene siendo desastre lo que se conoce como leyes a cumplir, por el sólo hecho de tener certificado político, al ser gobernados por teorías que no logran, jamás, saber conformar la confianza de todos, cuando sería necesario ver, que la política de Estado, bien cierto es, que no vale y no sirve para crear una circunstancia social,  de plenitud, con el fin de que nunca tengamos que protestar por la mala costumbre que hay en quienes Gobiernan el Mundo; sin que podamos encontrar una Sociedad limpia de prejuicios, en la mayoría de ocasiones señalada por la injusticia, la misma que impide que El Ser Humano pueda disponer y disfrutar de la Vida que a cada persona pertenece.

Un Siglo -2024- mostrando la grandeza que siempre hay en las formas de Vivir. ¡Vivir! Siempre será el mayor de los objetivos señalados por las propias leyes que conoce el Ser Humano. Y lo tremendo no sólo es que sigamos entreteniendo el pensamiento. Mas bien se trata de que aprendimos a tener que soportar a los endiosados criterios, siempre acosadores por tantas cosas como tenemos, pendientes siempre de subsanar o vencer.

Y después de que deletreamos los años disfrutados o llorados, bien que pueden ser arrolladores y envolventes, los más dedicados al Amor, al Cariño, al Porvenir, a las Improvisaciones, tal vez a la Imaginación, y, por qué no, a los Placeres. Costumbres todas ellas de gran aprecio, buscadas porque se puede ser sinuoso, aunque siendo siempre un error de cálculo. ¡Estamos tan preparados para el fracaso! Y hay que seguir navegando por los mares más tenebrosos, los mares más apaciguadores, las turbulencias de los retos: Todo ello esperando a que se visualice eso que tanto llamamos milagro.

Saber vivir es como entender que no estamos solos, no somos sombras pasajeras, no tenemos otro futuro que la propia realidad que nos envuelve y abraza cada día.

Es la Vida el mejor traje a medida, la mejor idea auténtica, el gran y mejor pensamiento, propio de la gran imaginación. Hay que Vivir, hay que estar aquí y ahora: ¡Somos la mejor y única promesa de por Vida!

Si el Tiempo ampliara sus límites

y fueran mucho más lentos

sus procesos,

podía convertir un año en cien,

por ejemplo.

Un poco más que darte,

un poco más este momento.

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