Rafael Sánchez García

Son muchos los años que continuamente se viene diciendo, dentro y fuera, que la CNT va a la baja por culpa de no haber sabido adaptar y actualizar sus ideas al momento presente. Siempre se nos acusa de no saber adaptarnos y actualizar nuestro discurso a la realidad actual. Y este discurso siempre viene de aquell@s que siempre se han acabado marchando porque no han podido manipularla o por l@s que siguen dentro con la intención de manipularla o destruirla. Y esa es la verdadera piedra de toque del tema que nos ocupa.

En los casi 42 años que llevo en la CNT las he visto y oído de todos los colores y formas, pero, eso sí, el fondo de todas siempre ha sido el mismo, la misma cantinela repetida hasta el aburrimiento. La tan manida puesta a punto del discurso de la CNT no tiene ningún sentido en boca de aquell@s que entraron en la CNT pero que la CNT no entró dentro de ell@s. Y esa es la verdad.

Las ideas anarquistas, en tanto la sociedad siga siendo la de siempre, es decir, que sigan habiendo ric@s y pobres, explotación de un@s seres human@s sobre otr@s, injusticia social, falta de libertad, represión, y todos los males implícitos a la misma, no necesita cambiar su discurso, porque éste es universal, atemporal y siempre es actual como consecuencia de la propia dinámica del Capitalismo. Y es atemporal porque los males e injusticias contra los que luchamos son los mismos desde la noche de los tiempos, y por tanto a la necesidad de libertad, de justicia, de igualdad, de solidaridad y apoyo mutuo seguiremos llamándola siempre así. Lo mismo que la crítica al Sistema, y a tod@s sus sostenedores/as y vividoras/es, la seguiremos haciendo de la misma forma porque no es necesario inventar un nuevo lenguaje para hacerlo. Como dice el refrán «al pan, pan, y al vino, vino». Si acaso si que hemos de aprovechar y utilizar, que se intenta y se hace, las nuevas tecnologías para la difusión de nuestro pensamiento.

Lo cierto es que a la CNT no se le ha dejado ir hacia adelante porque desde su propia reconstrucción, a partir de 1976, sólo se ha encontrado con palos en las ruedas. Palos que le han ido poniendo desde todos los ámbitos: desde el Estado (con la intervención del Ministerio del Interior, siendo responsable el fatídico Martín Villa, en la preparación, con la intervención del infiltrado Gambín, del incendio de la sala de fiestas Scala de Barcelona, en el que hubo 2 trabajadores muertos de la CNT y dos de la UGT); desde los sindicatos vendidos al Estado CCOO y UGT, que mantuvieron un silencio cómplice con el Estado tras el incendio de la sala de fiestas Scala; y desde el propio interior de la CNT, que es desde donde realmente se le puede hacer daño, con los diferentes grupos que siempre han intentado, e intentan hoy día, cambiarla o destruirla. Llevamos cuarenta y dos años, y seguimos a día de hoy, en los que no hemos podido trabajar seriamente para ir hacia adelante, pues cada poco tiempo ha salido una nueva camarilla a la que, ideológicamente, se ha tenido que parar y que siempre sustentan el mismo, o parecido, discurso. Tod@s han querido, y quieren, una CNT con Sindicatos muy grandes, en los que haya muchos trabajadores, que éstos sólo les sirvan para hacer número y no participen en el desarrollo de la Organización, aunque no adquieran un compromiso ideológico. Y yo les digo a tod@s ell@s: ¿Para qué queremos una Organización así si en el fondo no va a servir para nada? ¿Acaso no tenemos ya modelos como todos los sindicatos que reciben subvenciones y viven del Estado? Pues parece que tod@s est@s que quieren una CNT descafeinada están ciegos o se han puesto la venda delante de los ojos, que es lo cierto. A tod@s est@s que no quieren irse, a organizaciones que funcionan como a ell@s les gusta, sólo les mueve el tener una Organización propia desde la que manipular y vivir, y para eso necesitan las siglas CNT porque detrás de ellas hay una historia muy importante y, además, todo un Patrimonio, construido con sangre, sudor y lágrimas, que quieren, y necesitan, como trampolín para esa aventura que les permita ser protagonistas de algo y así crecerse en importancia.

Hoy, 12 y 13 de mayo de 2018, acaban de darle una importante puntilla a la CNT con la creación de la Confederación Internacional del Trabajo, esa nueva internacional que desde hace muchos años se ha venido buscando para cargarse a la Asociación Internacional de los Trabajadores (AIT), la internacional del Anarcosindicalismo, a la que la CNT ha estado adherida desde su refundación entre diciembre de 1922 y enero de 1923. Por fin han conseguido una internacional a la medida de sus necesidades, que, todo hay que decirlo, no son las de la CNT, la de siempre, ni la de muchos sindicatos ni militantes de la misma. Ahora podrán controlar, como no le permitieron en la AIT, todas las decisiones de su nueva internacional ya que tendrán mayoría de votos. Desde estas cuatro letras os digo como le dijo Unamuno al fascista asesino de Millán Astray: Venceréis, porque tenéis sobrada fuerza bruta. Pero no convenceréis, porque para convencer hay que persuadir. Y para persuadir necesitaréis algo que os falta: razón y derecho en la lucha”. Y yo añado algo todavía más importante: os falta la ética anarquista que no tenéis ni tendréis nunca. Esa es vuestra realidad actual, sólo habéis convencido a aquell@s compañer@s que nos os conocen desde hace años, a aquell@s a los que el mensaje del derrotismo, porque la CNT no es la que fue (principalmente producto de la desideologización de la clase trabajadora actual), les cala a diario. Para aquell@s que no lo sepan, o no quieran saberlo, la CNT sólo puede volver a ser lo que fue cuando, de nuevo, l@s trabajadoras/es recuperen la conciencia de clase que han ido dejando en el camino a causa de los cantos de sirena del Sistema Capitalista, cuando recuperen esa conciencia crítica dejada, paulatinamente, ante las pantallas y los slogans del Sistema. Sólo entonces, la CNT volverá a ser lo que fue en tiempos de nuestros abuel@s y bisabuel@s. Esta CNT que nos quieren imponer sólo será un esperpento de aquella si en la misma se crece por crecer, aunque sea sin conciencia, y ya no son los sindicatos los que llevan el protagonismo y la voz cantante. Esa es la CNT que nos quieren vender, la de comités cada vez con más potestades o de gabinetes técnicos. Pero se equivocan, no estamos dispuest@s a comulgar con ruedas de molino.

Sabemos que a vosotr@s, l@s nuev@s gestoras/es de los comités actuales, sólo os interesa el control del patrimonio, tanto inmobiliario como económico. ¿Acaso os creéis qué nos chupamos el dedo? No lo penséis ni por un segundo. Debemos l@s mujeres y los hombres de la CNT, l@s que realmente lo sientan y lo sean, reaccionar de una vez y volver al camino de siempre, el del Anarcosindicalismo, aquel inspirado en el anarquismo que le dio forma, aquel en el que los Sindicatos son los protagonistas y sus comités auténticos y verdaderos órganos de gestión, sin más prerrogativa que la de llevar a la práctica los acuerdos tomados por los Sindicatos en sus Asambleas; aquel que no recibe subvenciones del Estado, ni paga salarios.

No es la primera vez que situaciones como las que se están dando en la CNT desde el Congreso de Córdoba hasta hoy. En su historia la CNT, en momentos débiles por causa de la represión y la cárcel contra sus militantes, cayó en manos de elementos ajenos al Anarcosindicalismo y el Anarquismo y cercanos al marxismo. Pero las mujeres y hombres de la CNT supieron ponerse manos a la obra para que esta volviera al camino y la práctica que le correspondía. Ahora estamos en un momento crucial como aquellos que anteriormente se dieron. Es el momento de hacer piña y trabajar por recuperar nuestra Organización, la que nos dejaron tod@s aquell@s compañer@s que se dejaron la piel luchando contra todos los poderes del Sistema y que fueron capaces de llevar a la práctica la única Revolución Social hecha desde el pueblo a la par que luchaban contra el fascismo levantado en armas y apoyado por la Iglesia Católica española. Esa es nuestra tarea, la de volver a hacer de la CNT la Organización que siempre fue y dejar muy claro a tod@s los que la quieren descafeinada que se vayan a los sindicatos vividores del Sistema, que hay unos cuantos donde elegir, o que se creen una nueva organización a la medida de sus intereses personales y de sus pretensiones. Que se vayan, que ya estamos hart@s de aguantar a tant@ vividor/a y reformista a favor del Sistema.

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