Rafael Sánchez García
España, país de memoria dormida y perdida en el tiempo, es el lugar donde el fascismo sigue instalado en lo profundo del Estado (las cloacas) y en la alta magistratura (amigos de ese franquismo-fascismo endémico). Desde 1939 sigue instalado, a pesar de la muerte del dictador asesino Francisco Franco, porque en España no se les pidió cuentas y se les amnistió y borrón y cuenta nueva. Y tienen patente de corzo esas derechas fascistas, más o menos radicales en su discurso, para manifestarse, cortar carreteras, amenazar y no pasa nada. Y no pasa nada porque sus amigos de las altas magistraturas están ahí para eso.
No ocurre así cuando de los demás se trata. Por ejemplo, cuando de la jaula de grillos en lo que se ha convertido el independentismo catalán se trata, la cosa ya toma otro cariz, si lo que hacen es cortar carretas, manifestarse o ir a manifestarse a un aeropuerto. Aquí ya, esos súper jueces, nostálgicos de su tío “pacopantanos”, ya ven terrorismo en esas acciones, ´dándose la paradoja, en ese juez, o jueces, que llevan el caso, de que cualquier objeto (sillas, papeleras, etc.) es un arma terrorista (como dijo alguien: si a los manifestantes se les hubiera ocurrido entrar en una ferretería, dicho juez habría abierto causa por armas de destrucción masiva).

Y hete aquí que cuando el PSOE y SUMAR necesitan los votos de esos independentistas, tan criticados por ellos antes, y éstos, para darles su apoyo, piden una amnistía por los hechos del 1 de octubre de 2017 (que no fueron otros que los de poner unas urnas, máxima expresión decisoria de su democracia burguesa, para que el pueblo de Cataluña decidiera sobre su futuro), saltan las derechas, más o menos fascistas, y ponen el grito en el cielo y sacan sus huestes cada fin de semana a las calles españolas. Y no les pasa nada, a pesar de haber dicho y hecho barbaridades, incluso amenazar al presidente del gobierno elegido por quienes participaron en ese sumun de su democracia que es el poner unas urnas para que quien quisiera del pueblo fuera a votar. Esas derechas, más o menos fascistas y sus amigos jueces, han llegado a decir barbaridades contra esa ley de amnistía (de la que dijeron que era anticonstitucional cuando aún no se sabía el texto ni se había aprobado) que se aprobara en el Congreso de los Diputados.
Y como no, automáticamente todos sus jueces amigos, instalados, principalmente por ellos, en las altas magistraturas están llegando a hacer el ridículo con tal de poner y buscar inconvenientes para que los beneficiarios de esa amnistía no puedan beneficiarse. Algún juez ha llegado al colmo de decir que a algunos beneficiarios de esa ley de amnistía se le podía haber pasado por la cabeza cometer acciones que sólo están en la calenturienta mente de ese juez o jueces. No tienen límite a la hora de hacer el ridículo si con ello han de conseguir los (sus) propósitos de sus amigos y comparsas.
Como anarquistas, las luchas políticas por ocupar los asientos del Poder, no nos han interesado nunca, pero ello no nos impide ver, y analizar, el patetismo, de unos y otros, en la actuación para conseguir llegar a ese Poder.
Las izquierdas han tenido que renunciar a sus principios originarios y se han convertido en unos defensores y sustentadores más del Sistema Capitalista, eso sí, para ser justos, teniendo un poco más en cuenta a la clase trabajadora; pero cuando han tenido que servir a su amo capitalista, no les ha temblado el pulso (acordémonos de las reconversiones industriales llevadas a cabo por el PSOE). Además, no olvidamos que la Amnistía de 1977, por la cual todos los asesinos franquistas quedaron perdonados, fue firmada tanto por el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) como por el Partido Comunista de España (PCE). Fueron cómplices del borrón y cuenta nueva y que los asesinos, y sus herederos hoy, sigan campando a sus anchas por el solar patrio.
La derecha (en principio Alianza Popular y luego el Partido Popular), formada en sus orígenes por los sustentadores del régimen franquista, siempre ha tenido claro que España era suya y siempre han actuado como propietarios de ella. Por eso no tuvieron pudor en privatizar las empresas públicas, en las que instalaron a sus amigos y correligionarios, en ir privatizando poco a poco la sanidad, allí donde gobernaron, etc. Los casos de corrupción que les afectan son de un descaro tal, que ofende la inteligencia. Pero en no pocos casos las causas de sus militantes fueron sobreseídas o rebajadas por sus amigos que instalaron en las altas magistraturas, unos amigos que a fecha de hoy aún no han sido capaces de identificar quién es M. Rajoy. Han tenido extrañas muertes de militantes que tenían que declarar en procesos de corrupción abiertos contra ellos. Son parte del entramado de las Cloacas del Estado y su policía patriótica para vigilar y hundir a sus enemigos políticos. Pero no pasa, ni les pasa, NADA DE NADA. Ellos han amnistiado, a diestro y siniestro, a toda clase de amiguetes, incluidos los que sí dieron, con las armas en la mano y los tanques en las calles, un Golpe de Estado contra su democracia burguesa. Un golpe del que estaba al tanto el propio rey borbón (palabras dichas por el propio teniente coronel de la Guardia Civil Antonio Tejero, sobre el que hicieron recaer, prácticamente, todas las culpas todo el atajo de cobardes que secundaron dicho golpe. No hay que olvidar que José María Aznar indultó, en un sólo día, a más de 1400 personas, y no pasó nada, porque claro, entre ellos había muchos correligionarios y amiguetes.
De esa derecha, que con el paso de los años parece que quiso ser europea, salió su ala más derechista, y con dinero de Irán montaron su propio partido político, llamado VOX. Y éstos tienen todavía más en su ADN eso de que España es de ellos y que su defensa es una misión encomendada por dios y sus representantes en el solar patrio. Y a ello se han dedicado, en cuerpo y alma, desde el día que empezaron su andadura. Y el problema es que, como en este país la inteligencia brilla por su ausencia, han ido creciendo paulatinamente, teniendo muchos representantes en las instituciones. Y claro, el Partido Popular, que no quiere perder su parte mental y callejera del solar patrio, ha iniciado un recorrido para recuperar lo que VOX le está arrebatando y para ello se apunta a cualquier bombardeo que le sirva a sus intereses y pacta con VOX allí donde haga falta y cada fin de semana saca a sus huestes a manifestarse contra el gobierno de “izquierdas” y de una más Ley de Amnistía. ¿Hasta dónde nos llevará esta situación a la que las derechas, más o menos fascistas, quieren llevar al país? El día a día nos lo irá desvelando.
En esta España, cuya economía depende tanto del turismo, no se aprende absolutamente nada. De nada le sirven a este pueblo español, sin conciencia ni ideología, las imágenes de otros pueblos, que también sufrieron el fascismo, manifestándose y pidiendo la ilegalización de todos esos partidos fascistas, que son racistas, xenófobos y machistas, ya que su ideología atenta contra la libertad de todos aquellos y aquellas que no piensan como ellos. De nada le sirve a este pueblo hispano que las cunetas estén todavía repletas de fosas comunes con los asesinados por el fascismo. De nada le sirve que cada día los pocos ricos patrios sean cada vez más ricos y los pobres más pobres. En esta España de hoy nada sirve para nada. El franquismo dejó inoculado en el ADN, a la mayoría de los que lo padecieron y a sus descendientes, la pasividad y la obediencia. Y así nos va, y será peor si no sacamos del baúl de nuestros recuerdos aquel orgullo de clase que hizo que nuestras bisabuelas y bisabuelos, y nuestras abuelas y abuelos, lucharán por un mundo mejor y más humano para todos, poniendo en marcha una Revolución Social a la par que luchaban contra el fascismo y el clericalismo, un fascismo que fue ayudado por otros países fascistas, y una república que fue abandonada por el resto de los países “democráticos”, y que prefirieron una España fascista. Si no desempolvamos ese baúl de los recuerdos el pueblo español seguirá siendo un comparsa cómplice de este fascismo que cada día tiene más adeptos.