Pedro Ybarra

Ciento trece años se cumplen desde las primeras palabras libres, impresas en un noble papel.      

Ciento trece veces amordazada, prohibida en ocasiones e insultada en otras. Ciento trece años perseguida por todos aquellos que en sus vidas jamás pudieron saborear el dulce pan conquistado por el NOBLE sudor obrero. Ciento trece años siendo la más fiera enemiga de Dictaduras y de déspotas. Ciento trece años serrando crueles barrotes de las mentes y de los cuerpos. Toda una vida queriendo atrapar a la más hermosa flor de su dulce ACRACIA. Ciento trece años uniéndose las callosas manos de nosotros los seres más humildes y dignos de la tierra, luchando por ser personas honestas y soñadoras de una nueva manera de vivir que haga ser más felices a nuestras compañeras y compañeros, a nuestros hijos e hijas y a nuestros semejantes. 

Larga historia de las gentes que la hacen, personas deseosas de compartir la dicha de poder vivir en paz y armonía con todos los seres del planeta. Sueño regado muchas veces con las sangres de miles de los hijos que tanto los soñaron. Cadenas y grilletes aprisionaron sus manos y sus vidas a esos seres cuyo único delito fue el querer ser siempre hombres y mujeres dignas y obreros, sintiéndose amorosamente enamorados de sus dignas profesiones, de llevar esas manos callosas y que al extender la vista por todo lo que se hizo sienten el orgullo de haberlo construido todo con ellas, de desear extenderlas sobre toda la capa de la tierra y pedir la gloria del verbo COMPARTIR.

Ciento trece años muriendo y naciendo del más puro esfuerzo, aquel que los trabajadores tanto defendieron sin ayudas jamás de ningún Estado, al cual siempre detestaron, sin más aportación metálica que las del propio sudor y sacrificio de los obreros, Ciento trece años anteponiendo el goce de la Libertad como la mayor maravilla de todas las dichas terrenales. Ciento trece años luchando para que la justicia social no sea nunca una palabra muerta, sino llena de vida. Ciento trece años abrazando a todos los parias, a todos los humildes de la tierra, muchos años sin querer vivir como Sindicato de las indemnizaciones patronales por despidos obreros y por los presupuestos del Estado por parecernos monstruoso. Ciento trece años gritando que “el fin no justifica los medios, sino que son los medios los que pueden justificar el fin·. Ciento trece años regando con sus sencillas sangres, cárceles, revueltas sociales, comisarías y crueles destierros. Durante la guerra española contra el fascismo 30 meses gozando de maravillosas Colectividades en el campo y la industria, como anticipo de lo que podía ser el Comunismo Libertario.

Ciento trece años no queriendo ser ni obedientes, ni gobernados ni sumisos. Ciento trece años enamorados del más precioso árbol de la naturaleza, la Acracia, verdadera defensora de todas las libertades del mundo.

 Ciento trece años de CNT, adherida a la Asociación Internacional de los Trabajadores

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