Libertad García Montilla
España siempre me ha parecido, y me sigue pareciendo, un cortijo, en el que los dueños siempre son los de siempre ya desde la época de Isabel la Católica. Desde esas épocas lejanas ciertos apellidos, siempre con el concurso y apoyo de la iglesia católica, apostólica y romana, son los que siempre han estado detrás de todas las iniquidades cometidas contra los habitantes de lo que tanto gustan en llamar la piel de toro. Asimismo, esos de siempre son los que han propiciado y estado detrás de todas los levantamientos y dictaduras militares sufridas por este país.
Y así siguen en la actualidad. No soportan no tener el Poder en sus manos y en sus bolsillos. Y las últimas elecciones habidas para elegir a los que tanto gusta llamarse “nuestros representantes” han puesto de manifiesto como esa derecha y extrema derecha, herederos ideológicos de la dictadura del asesino general Franco y, asimismo, herederos, seguidores y representantes de los valores de los que hemos llamado anteriormente “los de siempre, ha sacado sus huestes a la calle para impedir que otro ocupe el Poder que según ellos les corresponde.
Pero resulta que los que han ocupado el Poder, más los que le han dado sus apoyos para que así fuera, se han rasgado las vestiduras por la pataleta que los fascistas han demostrado con sus hueste en las calles de la piel de toro española. Y yo me pregunto: ¿cómo se puede tener tanto cinismo y tanta desmemoria con el pasado? Lo que han hecho, los de siempre, en las calles es la consecuencia de que a la muerte del dictador Franco, como si ocurrió en otros países con dictaduras, no se juzgara a toda la banda de asesinos que, con su hacer y apoyo, hicieron posible los fatídicos 40 años de franquismo. A los que no solo no se juzgó, sino que, además, se les concedió la AMNISTÍA con el consenso de todos los partidos políticos de la época. Lo que llevó a que, esos de siempre, siguieran mangoneando y mangando a tuti pleni, y siguieran ocupando sus puestos en las altas esferas militares, judiciales, policiales, empresariales y políticas, creciéndose, año tras año, con el convencimiento de que tienen patente para seguir con las tropelías de siempre, pues los herederos de los asesinados durante la dictadura les habían otorgado el perdón por sus “pecados”
Y si a esa derecha y extrema derecha no se le paran los pies de una puñetera vez, y se les aplican esas leyes que el Poder si aplica a otras formas de pensar, sobre todo cuando se trata de nosotros y nosotras, los y las anarquistas,seguirán creciéndose. Los hemos visto cortando el tráfico en las calles, haciendo acusaciones sin fundamento y un largo etcétera de lindezas que, hechas por otros, serían constitutivas de delito según las leyes vigentes de este su “Estado de Derecho”, esas dos palabras que tanto gusta pronunciar a toda la casta política, ya sea esta de derechas, extremas derechas, izquierdas o extremas izquierdas, pues para ciertas cosas y cuestiones son iguales, cortados por el mismo patrón, que no es otro que el del Poder y la conquista del mismo.
Este su “Estado de Derecho”, ha permitido que las derechas hagan llamamientos a la rebelión judicial, policial, militar o económica. Y no ha pasado nada, como no ha pasado nada tantas y tantas veces. Esto y eso es España, un país donde sus ciudadanos están, paulatinamente, haciéndose más de derechas o bien pasando de absolutamente todo, permitiendo que esos herederos del franquismo y, por tanto, FASCISTAS, vayan haciendo camino al andar, que dijo Antonio Machado, que tuvo que hacer su “camino al andar” marchando al Exilio para no ser asesinado por los mentores ideológicos de estos de ahora, que son los de siempre.