Albert Herranz
En los últimos años han surgido toda una serie de cómics que tratan la historia de militantes libertarios conocidos y ánimos, historias de la Revolución Social o la época del pistolerismo en Barcelona. Hoy vamos a hablar de dos cómics que podemos enmarcar dentro del proceso de recuperación de figuras femeninas. En concreto de María, la Jabalina, obra de Cristina Duran y Miguel A. Garau que narra la vida de María Pérez Lacruz miembro de las JJLLy enfermera en la Columna de Hierro, y de Casilda Revolucionaria, obra de Rubén Uceda, que relata la vida de la anarquista vasca Soledad Casilda Hernáez Vargas (1914-1992).

Casilda revolucionaria
Rubén Uceda (Madrid, 1972) es un dibujante de amplia trayectoria. Si podemos hablar así cuando hablamos de cómic, podemos decir que fue conocido por el gran público con Atado y bien atado donde da la palabra a aquellos que normalmente transitan los márgenes de los relatos oficiales sobre la llamada Transición (los obreros, las mujeres, los barrios, los quinquis …). Su inquietud social le ha llevado también por interesarse por la Revolución Social que se produjo en la península durante el período 1936-39 como se puede apreciar en sus trabajos El corazón del sueño y Negras tormentas. En estos dos libros también sale Casilda como un personaje más en la memoria obrera revolucionaria. Es cierto que las visitas que hace al pasado el dibujante nunca se realizan desde la estéril nostalgia sino con la intención de recordar, aprender y, muy esencial, emocionar. Con estas premisas debe leerse Casilda, revolucionaria. Un cómic que narra la vida, los pensamientos y los sentimientos de la libertaria vasca Soledad Casilda Hernáez Vargas (1914-1992), conocida también como Casilda, la miliciana—apelativo que nunca aceptó del todo—, que estuvo afiliada a las JJLL y que participó de forma activa en el movimiento revolucionario de 1934, y más tarde durante la Guerra Civil en la defensa de San Sebastián, la batalla de Irún, el frente de Aragón y la batalla del Ebro. Se exilió a Francia donde continuó la lucha está vez clandestina contra el fascismo y el nazismo.
El cómic narra los hechos con una sencillez desarmadora, sin mitificar; de forma llana nos habla como una mujer normal y corriente inmersa dentro de la efervescencia social del momento llega a afiliarse a la CNT por el simple motivo de que en aquellos tiempos lo más sublime que se podía ser era obrera internacionalista, era algo que se salía de lo mediocre, un sentimiento superior nos cuenta ella misma. La obra está escrita en primera persona que sólo se abandona para dar la palabra a varias personas que la conocieron, que complementan magistralmente, el relato de su vida. El dibujo está muy bien, línea clara con colores planos, insertando algún aspecto ”real” como son los carteles de la época. La narración está estructurada por capítulos y una paginación de cuatro viñetas por página que rompe al servicio de la narración. Impresionante y hermosa la doble página final. La narración de la vida de Casilda se complementa con dos anexos, uno dibujado con los testigos y el segundo anejo con fragmentos de otros cómics dedicados a Casilda -uno de ellos del propio autor-, fotografías y un texto escrito por Luis Jiménez de Aberasturi autor de Casilda miliciana. Historia de un sentimiento, libro en el que se ha inspirado Rubén Uceda para hacer su cómic.
Mención aparte merece el nombre de la editorial que publica los trabajos de Rubén y que creo que tiene el nombre más bello que le conozco a una editorial: Cámbium Cómic. El cámbium es una finísima capa entre la corteza y la madera de los árboles. Cada año crea un poco de madera hacia el interior del árbol mientras que hacia fuera genera el tejido que se encarga de protegerlo.
María, la jabalina
Para contar la historia de María, la Jabalina Cristina Durán y Miguel A. Garau parten de un encargo de la concejalía de Memoria Histórica y Democrática del Ayuntamiento de Sagunto. La motivación es distinta que la de Rubén Uceda aunque, según han manifestado en diversas entrevistas, pronto se hicieron suya la historia de la libertaria turolense/murviedresa. Aunque las primeras viñetas son el instante antes del fusilamiento de la protagonista el cómic, dividido en capítulos, nos cuenta de una manera bastante lineal la historia de María. Se va contando como María toma conciencia, estalla la Guerra Civil, se alista a la Columna de Hierro, es herida—de hecho es la primera mujer herida en la contienda—y después de un periodo de convalecencia en un hospital vuelve a Puerto Sagunto para trabajar en el puesto en el mercado que tiene la familia. Con el final de la guerra cree en la propaganda fascista de que quien no tenga las manos manchadas de sangre no tenían nada qué temer. Acusada por un testimonio falso de toda una serie de atrocidades y, a pesar de las pruebas que la absolvían, es condenada a muerte. Da luz en cautiverio, el bebé es secuestrado y desaparece. Con veinticinco años María Pérez Lacruz, la Jabalina es fusilada contra el muro de Paterna (Valencia).
Al principio no me gustó el dibujo del cómic, pero a medida que avanzaba la historia comencé a apreciar la gran expresividad que daban unos trazos que me parecían rígidos—los terribles guardias civiles o la estremecedora viñeta de los cuerpos fusilados en el cementerio de Paterna con la cara desfigurada por el tiro de gracia—. El cómic tiene momentos desgarradores como la secuencia en la que la madre de María y las hermanas del novio se meten en una habitación en una caseta del cementerio junto a otras personas y esperan el sonido de las detonaciones del pelotón de fusilamiento. Son diez viñetas estremecedoras.
Cristina Durán y Miguel A. Garau son dos autores de reconocida trayectoria que recibieron el Premio Nacional de Cómic en 2019 por la obra El día 3.
Antes de acabar tengo que hacer una apreciación final: he escrito al principio que se recuperaban estas dos figuras cosa que en realidad no es así, se recuperan para el gran público eso sí, sin embargo, a nivel local tanto María la Jabalina como Casilda son recordadas. La primera ha sido tema para una obra de teatro y un mural la recuerda en el puerto de Sagunto, mientras que Casilda también está presente en su barrio, Egia (Donostia) en una expresión popular: «tener más cojones que la Kasilda».
Dos historias recuperadas en formato cómic que valen la pena leer. Dos vidas narradas cuyas protagonistas se afiliaron a las JJLL, abrazando los ideales anarquistas porque ambicionaban una vida en libertad plena.