Félix Pérez Herrera
Resumen
Lo que sigue es una recopilación de datos y documentos que, aunque fragmentados, conforman la historia de Suceso Portales Casamar (Zahinos, 1904 – Sevilla, 1999) una destacada activista por los derechos de los más desfavorecidos y de la mujer en particular, cuya vida, obra y pensamiento exigen con todo merecimiento el homenaje y el recuerdo, y significan una inspiración y un ejemplo de honestidad y compromiso, cualidades que han quedado desdibujadas entre las urgencias materiales del mundo actual.
Introducción
Los convulsos tiempos de la II República Española (1931-1939) significaron, para una parte de la ciudadanía, la confirmación de un despertar ideológico que había tenido origen en los movimientos obreros y sindicalistas aparecidos en el siglo XIX (en España, en 1830-1840, con la naciente industria textil) y que se vieron representados en las doctrinas de Marx, Engels y Bakunin, entre otros. El fin de la dictadura de Primo de Rivera en 1930 y la proclamación de la República, con la huida de Alfonso XIII, abrió las puertas a la esperanza de un cambio social que acabara con la injusticia, la miseria, el desprecio y el desamparo que las clases más desfavorecidas habían venido padeciendo a manos de una minoría poderosa, inmovilista y reaccionaria, que englobaba al ejército, la clase política y la Iglesia.
Aun así, este compromiso con nuevos valores, estas inquietudes sociales y, en general, el cambio ideológico que se produjo (triunfo de la izquierda moderada en las elecciones de 1931), si bien representaba un avance y una consolidación de muchas teorías progresistas, también pecaba de una gran injusticia: la mitad de la población -las mujeres- seguía sin derecho a voto y dependía de sus hombres (maridos, hermanos, padres) en cualquier decisión vital que quisieran tomar, pues la mayoría de ellas era prácticamente analfabeta.
Además, y desgraciadamente, en el debate que se originó respecto de dotar a la República de un auténtico sufragio universal, los partidos políticos tomaron posiciones teniendo únicamente en cuenta un estricto interés electoral, de manera que, paradójicamente, los partidos conservadores eran más proclives a dotar de voz y voto a la mujer (con ciertas restricciones, eso sí) mientras que los teóricamente progresistas se mostraban mucho más reticentes al respecto. El origen de este aparente contrasentido era, precisamente, el analfabetismo galopante que padecía la mayoría de la población femenina, lo que en teoría podía provocar que su opción de voto fuera más
conservadora. No sería hasta noviembre de 1931 (después del histórico debate mantenido entre Clara Campoamor, del Partido Radical de Lerroux y Victoria Kent, del Partido Republicano Radical Socialista, en el que la primera salió victoriosa, consiguiendo convencer a una mayoría suficiente de diputados) ¸ que el voto femenino quedaría aprobado. Dos años después, en las elecciones de noviembre de 1933, las mujeres pudieron votar por primera vez en España.
Si bien este hecho significó un gran avance respecto de los derechos de la mujer, en la vida cotidiana la mayor parte de las ciudadanas del país seguían abocadas al papel de ama de casa, madre y esposa, sin presencia activa en las decisiones importantes. Es en este contexto en el que Suceso Portales se afirma en su conciencia de clase y de género. Hija de maestros, sabía leer y escribir, lo que le aportó los conocimientos y la capacidad de criterio necesarios para rebelarse contra toda la injusticia que le rodeaba e implicarse en el movimiento revolucionario republicano con el objetivo claro de alcanzar una sociedad más justa, equitativa e igualitaria.
Aunque en los años posteriores al fin de la Dictadura de Franco hubo una cierta voluntad de revisar el legado de todos y todas las activistas que, como Suceso Portales, participaron activamente en el empeño revolucionario que acompañó a la II República, esas intenciones iniciales de hacer justicia con esa generación pionera quedaron rápidamente diluidas en un malentendido interés general de reconciliación, concepto perverso que ha permitido, con el paso de los años, que los perdedores de esa guerra siguiera siendo perdedores, y España el segundo país del mundo con más fosas comunes en campos y cunetas.
Esa pertinaz pretensión de olvido ha dado sus frutos y, hoy día, una gran parte de la población joven y no tan joven desconoce parcial o totalmente la historia de esa generación y, más hiriente si cabe, asume, desde la ignorancia o la tergiversación más flagrante, el concepto de que la Guerra Civil fue inevitable y responsabilidad de todas las partes, y la Dictadura un mal menor y necesario.
Es por eso que cualquier recuperación de aquellas voces y sus reflexiones, y de datos, contrastados y objetivos, aun tan modestamente como en el presente trabajo, no es solo un acto de justicia, sino algo imprescindible para que nuestro pasado común sea de una vez por todas respetado y así, cualquier generación en este país, anterior, actual o venidera, se pueda respetar a sí misma.
Metodología
Para la elaboración del presente trabajo se ha recurrido, principalmente, a dos instrumentos: Por un lado, y dado que la persona objeto de este estudio era pariente directa mía (tía-abuela), mis recuerdos personales en lo tocante a su figura, su forma de expresarse, su determinación y su postura vital, si bien son elementos subjetivos, añaden realidad humana al estudio del personaje. Por otro lado, su hija Hortensia y su sobrina-nieta, Luisa Hernández, que llevan años realizando una labor de recuperación de datos del pasado familiar, han aportado documentos relacionados. Otra fuente familiar ha sido su propia sobrina Luisa Herrera (mi madre), que fue acogida por ella en su exilio en Londres y con la que convivió una temporada (entre 1959 y 1961), y muchos años después, ya en Sevilla, se encargó de su cuidado, entre 1995 y 1999.
Internet, por otro lado, ha aportado, desde multitud de páginas relacionadas, tanto con el anarquismo como con el feminismo, diferentes datos y documentos relativos a su actividad política. Wikipedia ofrece una página con una breve biografía y una extensa lista de referencias bibliográficas que, en la medida de lo posible, también han sido consultadas.
En la voluntad de completar el retrato del personaje, ha habido un empeño especial en la búsqueda de material audiovisual. El resultado son extractos del documental “…de toda la vida” (1) donde aparece Suceso Portales, junto a su pareja Acracio González, explicando detalles de la actividad de “Mujeres Libres” durante la II República y, como colofón, cantando el himno de “Mujeres Libres” compuesto por su amiga Lucía Sánchez Saornil.
También ha sido posible recuperar de un noticiario de la televisión extremeña Canal Extremadura (2)la información referente a la decisión del Ayuntamiento de Zahínos, su pueblo natal, de dar su nombre a una calle como homenaje y reconocimiento.
Una vez recopilada y analizada toda esta información, el siguiente paso ha consistido en organizar los datos. El método no se ha basado estrictamente en una línea cronológica, sino en ir combinando las diferentes aportaciones de las fuentes para conformar una imagen de conjunto que no se redujera exclusivamente a una sucesión de datos en el tiempo.
Como ya se ha puntualizado, hay un componente emocional de mi relación familiar con el personaje objeto de este estudio y es totalmente reconocible, puesto que no ha habido ninguna intención de disimularlo o maquillarlo, de manera que en algunos elementos del trabajo queda evidente una implicación afectiva y de admiración. Sin embargo, no hay ninguna voluntad de exaltación de las virtudes u ocultación de los defectos, ya que, en general, la finalidad última de este estudio es recuperar la memoria general de un conjunto de voces y su aportación en la historia reciente de este país. Así, dado que el ingrediente personal es inevitable, no por ello ha de desvirtuar la integridad objetiva del conjunto.
Resultados
Mis primeros recuerdos de Suceso Portales se remontan a un viaje a Montady, muy cerca de Beziers, al sur de Francia, donde ella residía junto a Acracio Ruíz, su compañero de toda la vida. Era a finales de la década de los años 70 del siglo pasado, y con nosotros iba mi abuela, Luisa Portales. En los últimos 30 años, las dos hermanas apenas habían tenido contacto, excepto una breve reunión en Londres, 10 años antes. Hubo, evidentemente, mucha emoción y después de cenar nos fuimos todos a dormir, dejándolas a ellas conversando y recuperando, en lo posible, la memoria del tiempo perdido. A la mañana siguiente, al despertarnos, las dos hermanas seguían en su conversación. Litros de té y café les habían acompañado durante toda una noche de charla ininterrumpida, de risas, llantos y recuerdos.
Yo tendría por entonces 10 u 11 años y, visto en perspectiva, creo que fue mi primer contacto con una realidad para mí desconocida hasta ese momento: la represión y el exilio, que habían marcado a parte de esa generación por el hecho de tomar partido y enfrentarse a la injusticia, o simplemente haber nacido en el lado de los vencidos.
María Suceso Portales Casamar nació en Zahínos, provincia de Badajoz, en la primavera de 1904. Sus padres eran maestros, y tenía 5 hermanos. Trabajó de modista y en 1934 se involucró activamente en el movimiento anarcosindicalista. En abril 1936 participa en la fundación del colectivo anarcofeminista “Mujeres Libres”, del que llegaría a ser subsecretaria del Comité Nacional, y en mayo del mismo año en la creación de la revista del mismo nombre. Mujeres Libres llegó a contar con 20.000 afiliadas en 147 agrupaciones locales repartidas por toda la España republicana, además de en otros países en Europa y América. También crearon el Casal de la Dona Treballadora (Barcelona), la Casa de la Cultura (Valencia) y el Instituto Mujeres Libres (Madrid).
El objetivo principal era capacitar a la mujer y emanciparla de la triple esclavitud (mujer, ignorante y productora), con la finalidad última de que participara e interviniera activamente y en igualdad en la emancipación humana. Para ello crearon escuelas, institutos, ciclos de conferencias, cursillos, etc. El compromiso con la Revolución será especialmente activo en la retaguardia. La mujer conducirá tranvías y camiones, estará al frente de los consejos sanitarios, arará los campos y formará parte de los consejos obreros y las colectividades.
La revista del mismo nombre abogó por el desarrollo de la independencia psicológica de la mujer y de su autoestima, y abordó diferentes temas como la puericultura, la sexualidad y la anticoncepción, el aborto o la eutanasia, y cuestionó las relaciones entre los dos sexos. También promovió campañas contra el analfabetismo y los Liberatorios de Prostitución, donde enseñaban a leer y a escribir y diferentes oficios. En conjunto, tanto desde la agrupación como desde la revista, Mujeres Libres entendió la cultura como el instrumento principal para promover la Revolución Social.
El primer número apareció el 20 de mayo de 1936, y se agotó casi inmediatamente, el segundo apareció el 15 de junio y el tercero justo antes de comenzar la Guerra Civil. En total se publicaron 14 números mensuales hasta 1938.
Sus postulados, que representaron un nuevo y revolucionario modo de enfrentar los desafíos de la sociedad, quedaban manifiestos en uno de sus primeros artículos:
“Sin que pretendamos ser infalibles, tenemos la certeza de llegar en el momento oportuno. Ayer hubiera sido demasiado pronto; mañana, tal vez sobrado tarde.
Henos, pues, aquí, en plena hora nuestra, dispuestas a seguir hasta sus consecuencias últimas el camino que nos hemos trazado: encauzar la acción social de la mujer, dándole una visión nueva de las cosas, evitando que su sensibilidad y su cerebro se contaminen de los errores masculinos. Y entendemos por errores masculinos todos los conceptos actuales de relación y convivencia; errores masculinos porque rechazamos enérgicamente toda responsabilidad en el devenir histórico, en el que la mujer no ha sido nunca actora, sino testigo obligado e inerme.
No encierra esto una recriminación para nadie; si nos duele todo el pasado de ignominia en que se nos tuvo hundidas, no nos atrevemos a pensar, sin embargo, que pudo ser de otra manera; sabemos que la Humanidad va haciendo su camino a costa del propio dolor y no nos interesa rememorar el pasado, sino forjar el presente y afrontar el porvenir con la certidumbre de que en la mujer tiene la Humanidad su reserva suprema, un valor inédito capaz de variar, por ley de su propia naturaleza, todo el panorama del mundo.
¿Resurrección del feminismo? ¡Bah! El feminismo lo mató la guerra dando a la mujer más de lo que pedía al arrojarla brutalmente a una forzada sustitución masculina. Feminismo que buscaba su expresión fuera de lo femenino, tratando de asimilarse virtudes y valores extraños no nos interesa; es otro feminismo, más sustantivo, de dentro a fuera, expresión de un modo, de una naturaleza, de un complejo diverso frente al complejo y la expresión y la naturaleza masculinos.
¿Declaración de guerra acaso? No, no. Compenetración de intereses, fusión de ansiedades, afán de cordialidad a la búsqueda del destino común. Deseo deaportar a la vida el sentido de equilibrio que le falta, y de donde provienen todos sus males. Pero esto es ya más que feminismo. Feminismo y masculinismo son dos términos de una sola proporción; hace algunos años un periodista francés, Leopoldo Lacour, halló la expresión exacta: humanismo integral. Por falta de integridad y, consecuentemente, por falta de equilibrio, amenaza hundirse la civilización. La especie para reproducirse necesita de dos elementos, masculino y femenino; la sociedad es el medio en que la especie se desenvuelve, y si en la creación de este medio no concurren por igual los elementos antedichos, es inevitable que se produzca en el ser moral un desequilibrio peligroso, que puede llevar por caminos de ruina a la Humanidad entera.
He aquí la terrible encrucijada en que nos hallamos ahora. Exceso de audacia, de rudeza, de inflexibilidad, virtudes masculinas, han dado a la vida este sentido feroz por el que los unos se alimentan de la miseria y el hambre de los otros; la Humanidad se ha desenvuelto en dirección unilateral y esa es la consecuencia. La ausencia de la mujer en la Historia ha acarreado la falta de comprensión, de ponderación y afectividad, que son sus virtudes, y en cuyo contrapeso el mundo hubiera encontrado la estabilidad de que carece. (…)
Por esto nace Mujeres Libres; quiere, en este aire cargado de perplejidades, hacer oír una voz sincera, firme y desinteresada; la de la mujer; pero una voz propia, la suya, la que nace de su naturaleza íntima; la no sugerida ni aprendida en los coros de teorizantes; para ello tratará de evitar que la mujer sometida ayer a la tiranía de la religión caiga, al abrir los ojos a vida plena, bajo otra tiranía, no menos refinada y aún más brutal, que ya la cerca y la codicia para instrumento de sus ambiciones: la política.
La política pretende ser el arte de gobernar los pueblos. Acaso sea esto en el terreno de las definiciones abstractas; pero en la realidad, en esa realidad que sufrimos en nuestra carne, la política es la podredumbre que corroe el mundo. Política es como decir poder, y donde hay poder hay esclavitud, que es relajamiento y miseria moral.
Mujeres Libres se declara por una vida libre y digna, donde cada hombre —empleamos esta palabra en sentido genérico— pueda ser el señor de sí mismo.
Mujeres Libres afirma que para descubrir nuevos horizontes es preciso descubrir atalayas nuevas. Nos repugna la política, porque no entiende de problemas humanos, sino de intereses de secta o de clase.
Los intereses de los pueblos no son nunca los intereses de la política. Esta es la incubadora permanente de la guerra. La política lleva siempre, siempre, en sus entrañas el germen del imperialismo. En la política no hay rectas. Podría
representarse por el cerco mordiéndose eternamente la cola.
Mujeres Libres busca la recta infinita de la acción directa y libre de las multitudes y de los individuos. Hay que edificar la vida nueva por procedimientos nuevos. Estamos ciertas de que miles de mujeres reconocerán aquí su propia voz, y pronto tendremos junto a nosotras toda la juventud femenina que se agita desorientada en fábricas, campos y universidades, buscando afanosamente la
manera de encauzar en fórmulas de acción sus inquietudes.” (3)
Notas
1.- “De toda la vida” Berger/Mazer 1986. (20 diciembre 2018)
2.- Suceso Portales, la zahinera que creyó en mujeres libres. Canal Extremadura (12 junio 2018). Noticias. (20 diciembre 2018) www.canalextremadura.es/portada/actualidad/suceso-portales-la-zahineraque-
creyo-en-las-mujeres-libres
3.- Mujeres Libres núm. 1, Madrid, mayo, 1936