Sebastián Sandra y Miquel

26 de marzo de 2022

Presentación


Como familia rendimos homenaje al Pegüi, no queriendo reemplazar o sustituir sus propias palabras o pensamiento, pues siempre tuvo voz propia. Sí queremos en esta ocasión acercarnos a lo que fue su forma de ver y vivir la vida, a sus opiniones, gustos y afectos.
Rendimos homenaje a la vida del Pegüi en primer lugar porque en su paso por las nuestras, con sus virtudes y defectos, nos entregó los que son quizá los valores más preciados. Humildad, sencillez, compañerismo, solidaridad, dedicación, lealtad, conversaciones fraternas … que, en un mundo tomado por la comercialización, el individualismo y la competencia son relegados al olvido, considerados fuera de lugar. Pero, que, aun así, no renunciaste a que se sublevaran y fueran muestra del más puro amor, querer, cariño. Lo que aviva nuestro amor por él.
Con este homenaje esperamos actuar en consecuencia, entregándole lo que él en muchas ocasiones nos entregó.
Un homenaje de letras, música, canto, cariño y amistad. Rodearlo de lo que fue su pasión y quizá su vida, su guitarra que bien se podría decir fue el motor de sus pasos, su lenguaje.

Lectura y palabras


Aquí comenzamos por la lectura de una carta que parte de la familia de Pegüi – SalvaRokh dedicó a su partida.
Carta a Pegüito, Juan SalvaRokh
Despedimos a nuestro Pegüi – SalvaRokh: hijo, hermano, nieto, sobrino, primo, amigo; músico, trovador, mariachi, artista… y, por cierto, compañero, porque acompañaste esa condición con un pensamiento socialista, ya que mantuviste la convicción de que serían los trabajadores quienes con sus propias manos conquistarían un mundo nuevo, igualitario.
Estás en nuestras memorias ardientes, no abandonando ni por un segundo la música que te siguió en todos tus asuntos, con tu herramienta de vida a cuestas, tirando el carro del parlante con el que desde esta parte del planeta amplificaste melodías y acordes con los que fuiste un “compañero de viaje” de decenas de batallas por la libertad, contra la opresión y las cadenas que estrangulan este mundo.
Porque en tu trayectoria artística teñiste tu obra, tus interpretaciones, de la lucha por una nueva vida, donde los marginados fueran la depredación, el lucro, la miseria y esclavitud que azotan a miles de millones de almas.
Y es que como muchos aprendimos de ti, de tu sabiduría musical, de letras, solidaridad, historias… lo profundo. Con ese que fue tu lenguaje presentaste resistencia a una sociedad que nos somete a considerarnos según cuanta riqueza generemos o poseamos, nos despoja de tomar nuestras propias decisiones y así de determinar las relaciones con nuestros iguales. En una palabra, que nos quita la posibilidad de ser dueños de nuestras propias vidas y su destino.
Y no solo lo compartías, sino que lo vivías, ya que tu trabajo, tu oficio y el contenido que le diste fue de la mano con tu esencia, lo que te caracterizó e hizo genuino, tu talento natural, que animaba tu cuerpo, tu espíritu y moral. Cualidades que no pueden venderse ni comprarse.
Desde la humildad y sencillez, tu trayectoria fue un constante desarrollo de tu potencial artístico, cuestión que desafortunadamente pocas personas pueden plasmar en sus vidas, dada la imposición de solo trabajar para vivir e incluso solo sobrevivir.
Como era de esperar, las letras, la poesía fueron tu refugio y reducto estos últimos meses de cruda resistencia. Pues, en este tiempo nos dijiste que sentías en tus huesos el sufrimiento de esa “humanidad sobrante” que migra y malvive en las ciudades del país, que su dolor era tu dolor. Y cómo no ser así, si vivimos momentos de la mayor crisis de la sociedad, de los flagelos más duros. Escaseó el trabajo y abundó más la pobreza, se multiplicaron la represión y las cárceles, los toques de queda y los encierros que nos han privado del compañerismo, la solidaridad, la sociabilización. En tanto que hacen un ruido atronador el éxodo de millones de almas, de bombas y aplanadoras, que a veces muestran su rostro más vil y en otras se cubren con cantos de sirenas y anestesias sociales.
Y tu partida, tu difícil y desgarradora partida, no es ajena a semejantes monstruosidades. Tal brutalidad atormenta a sensibilidades como la tuya, que se rebelan contra la sola idea de ocupar un lugar entre quienes se benefician de dicha barbarie.
Por ningún motivo dejaremos de lamentar tu partida y tu decisión, pero menos aún te juzgaremos, porque no nos cabe duda alguna que amaste la vida, ya que pug

nabas por transformarla con tus manos que acariciaban cuerdas, con tu voz y compromiso firme, con tu canto y tus escritos. Sí, amaste la vida, pero no esta vida.
Lo repetimos, nuestro Pegüi – SalvaRokh se cobijó en las letras y la poesía. Supimos que entre los autores que acompañaron sus lecturas fue central Roberto Bolaño, el escritor nacido en Chile y que con su pluma insurrecta escribió al mundo y a voces firmes y valientes como la tuya. Por ello queremos compartirles unas palabras que creemos dieron aliento a los últimos días de nuestro Pegüi:
«Yo soy de los que creen que el ser humano está condenado de antemano a la derrota, a la derrota sin apelaciones, pero que hay que salir y dar la pelea y darla, además, de la mejor forma posible, de cara y limpiamente, sin pedir cuartel (porque además no te lo darán), e intentar caer como un valiente, y que eso es nuestra victoria.”.
Continuamos por palabras de la compañera Rosalía Colil, que desde la sabiduría mapuche dedicó una reflexión a propósito del fallecimiento de nuestro compañero.
Le siguió el compañero Miquel leyendo el poema Elegía de Miguel Hernández (10 de enero de 1936), poeta al cual Pegüi dedicó frecuentes lecturas e inspiró parte de sus propios poemas, textos y canciones.


… En Santiago de Chile, su pueblo y el mío, se me ha muerto

como el rayo Juan Salvador-Pegüi

con quien tanto quería…

Yo quiero ser llorando el hortelano
de la tierra que ocupas y estercolas,
compañero del alma, tan temprano.

Alimentando lluvias, caracolas
y órganos mi dolor sin instrumento.
a las desalentadas amapolas
daré tu corazón por alimento.

Tanto dolor se agrupa en mi costado,
que por doler me duele hasta el aliento.
Un manotazo duro, un golpe helado,
un hachazo invisible y homicida,
un empujón brutal te ha derribado.

No hay extensión más grande que mi herida,
lloro mi desventura y sus conjuntos
y siento más tu muerte que mi vida.

Ando sobre rastrojos de difuntos,
y sin calor de nadie y sin consuelo
voy de mi corazón a mis asuntos.

Temprano levantó la muerte el vuelo,
temprano madrugó la madrugada,
temprano estás rodando por el suelo.

No perdono a la muerte enamorada,
no perdono a la vida desatenta,
no perdono a la tierra ni a la nada.

En mis manos levanto una tormenta
de piedras, rayos y hachas estridentes
sedienta de catástrofes y hambrienta.

Quiero escarbar la tierra con los dientes,
quiero apartar la tierra parte a parte
a dentelladas secas y calientes.

Quiero minar la tierra hasta encontrarte
y besarte la noble calavera
y desamordazarte y regresarte.

Volverás a mi huerto y a mi higuera:
por los altos andamios de las flores
pajareará tu alma colmenera
de angelicales ceras y labores.

Alegrarás la sombra de mis cejas,
y tu sangre se irán a cada lado
disputando tu novia y las abejas.

Tu corazón, ya terciopelo ajado,
llama a un campo de almendras espumosas
mi avariciosa voz de enamorado.

A las aladas almas de las rosas
del almendro de nata te requiero,
que tenemos que hablar de muchas cosas,
compañero del alma, compañero.

Enseguida la compañera Jazmín leyó extractos de poemas de Miguel Hernández, Roque Dalton y de Nazim Hikmet:

“Elegía primera”, Miguel Hernández


… El dolor y su manto
vienen una vez más a nuestro encuentro.
Y una vez más al callejón del llanto
lluviosamente entero.
Siempre me veo dentro
de esta sombra de acíbar revocada,
amasada con ojos y bordones,
que un candil de agonía tiene puesto a la entrada
y un rabioso collar de corazones.
Llorar dentro de un pozo,
en la misma raíz desconsolada
del agua, del sollozo,
del corazón quisiera:
donde nadie me viera la voz ni la mirada,
ni restos de la mirada me viera.
Entro despacio, se me cae la frente
despacio, el corazón se me desgarra
despacio, despaciosa y negramente
vuelvo a llorar al pie de una guitarra…

Referencia de pasos, Roque Dalton


… Se me murió el ayer de parto
y lo velo cantando
como una guitarra sola
a quien se le quebrara la sonrisa circular y la música,
solo, sin desbocados animales interiores,
huesos en actividad,
reciente hueso,
hacía como que caminaba entre los hombres…
pueblerino feliz, poblado de olas…
Don Quijote, Nazim Hikmet
Caballero de la juventud inmortal:
a los cincuenta años se dejó arrastrar
por su idea que latía en su pecho.


Una mañana de julio salió a la conquista
de lo bello, lo recto, lo justo.


Ante sí: el mundo
con sus gigantes
Tontos y mulos.
Debajo: Rocinante.
triste, pero heroico.


Yo lo sé:
si por azar cayeras en la pura nostalgia
y tienes además un corazón más blando que la nieve,
no habrá más caminos.
Hay que luchar con los molinos…


Luego fue el turno del compañero Juan Tapia, expreso político de la “democracia” burguesa chilena, quien nos llamó a reflexionar de lo fuerte y terrible del significado del suicidio de Pegüi, a no verlo como un acto ajeno a la lucha social y por erradicar los vicios que reproducen en nuestras relaciones humanas a la sociedad capitalista.
Finalmente dedicó unas palabras a la ceremonia el músico, flautista, por años colega de Pegüi, Eduardo, recordando la personalidad con la que Pegüi sostuvo la amistad entre ambos, pero principalmente diciéndoles a todos los presentes el calibre de la perdida que su muerte significaba para la música local. Ya que Eduardo consta de un recorrido en el que ha trabajado con variados músicos, y en particular guitarristas, pero nunca conoció el llamado “toque”, la particularidad con que Pegüi tocaba y hacía sonar la guitarra, que lo caracterizó como guitarrista local.

Música y canto


Fue el momento para que colegas, amigos, compañeros que crearon, colaboraron y a punta de instrumentos trabajaron junto a Pegüi – SalvaRokh, en su larga trayectoria de trabajador de la música, cantante y compositor, lo homenajearan dedicando palabras y con canciones que tocaron o compusieron en conjunto, o bien que eran de su total gusto musical y lírico.
Participaron, en primer lugar Mariachi Santana de Chile interpretando “Esclavo y amo” de Javier Solís, seguido por el reggae hip hop de José Dolores con sus temas el Rescate y Saber de ti (en el cual Pegüi colabora tocando la guitarra), los tangos de su amigo Julián y su familia “Por una cabeza” (Gardel), “Cambalache” Julio Sosa y Nostalgia; el canto rebelde de Carolina Muñoz entonando “Nuestro Lenguaje” (canción compuesta por Juan Ordenes Narváez, tío de Pegui), una emotiva versión de Dust in the wind (polvo en el viento) presentado por Paty Orrego y el cantante-músico Gino Galgani que dedicó a Pegüi y los presentes la canción “A mi manera” y “Vamos llegando” (también compuesta por Juan Ordenes Narváez, tío de Pegui).

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