Miguel Correas Aneas
Como decía Álvaro Figueroa y Torres Mendieta (I conde de Romanones, Madrid 1863- 1950), terrateniente y corrupto empresario, presidente del Senado y miembro del Partido Liberal: “Ustedes hagan la ley, que yo haré el reglamento”. Tratándose de Economía, se podrían traer a colación las acertadísimas palabras del economista judío, nacido en Estados Unidos de América, Paul Anthony Samuelson, que afirma lo siguiente: “No me importa quien redacte las leyes de una nación o quién elabore sus tratados avanzados, si puedo escribir sus libros de texto de economía”. Aunque me gusta leer libros relacionados con la Economía, he de reconocer que mis conocimientos en la materia económica son muy limitados, y por tanto mis ideas al respecto son también bastantes limitadas. No siempre que se escribe sobre algo uno tiene que ser- necesariamente- un entendido en la materia. Eso no debe ser óbice para leer artículos y libros que pueden ampliar, de manera sencilla, nuestros reducidos conocimientos en los diferentes saberes que nos aportan la diversas ciencias del conocimiento.
Una de esas aportaciones es la que he tenido con la lectura de un libro que merece la pena ser leído, y que trata del Neoliberalismo y sus mentiras (Juan Torres López, editorial Deusto). En sus 171 páginas nos descubre las falacias del capitalismo neoliberal y su proyección en las cuestiones económicas. El título es harto significativo: Econofakes, un barbarismo inglés, el cual viene ampliado por un largo subtítulo Las 10 grandes mentiras económicas de nuestro tiempo y cómo condicionan nuestra vida.
Estamos viviendo en una época de la posverdad, con una difusión deliberada y generalizada de la mentira en la sociedad actual. La proliferación de noticias falsas (fake news) es un hecho dramático, porque la mentira nos hace esclavos, y nos impide conocer realmente lo que nos interesa. No hay que ir muy lejos para observar lo grave de la situación, ya que la extrema y no tan extrema derecha española, siguiendo la pauta marcada allende los mares, por el trumpismo americano, está contaminando de fakes news todo el entramado social y político: la inmigración es la culpable del aumento de la delincuencia, los que vienen son mejor tratados que los nativos, cobran más de mil euros al mes sin trabajar, nos quitan puestos de trabajo, o como afirman algún os obispos “no son trigo limpio”.
Parte de esa nefasta situación en los últimos decenios está relacionada con la ciencia que se consideró a sí misma como la “reina de las ciencias sociales”, es decir, la Economía. La economía se ha presentado, ella misma, como un conocimiento superior, con apariencia formal casi indiscutible y rigor indiscutido. Nada más lejos de la realidad esta pretendida verdad científica, cuando no es más que el “deber ser” normativo basado en juicios subjetivos. Consecuencia de ello es que la economía se mueve en un campo donde la posverdad y las falsedades, más o menos deliberadas, acampan por sus respetos. La economía no es un mundo cerrado regido por una sola verdad, ni una rama del saber que proporcione un único punto de vista indiscutible y científicamente contrastado. Las cuestiones económicas que nos afectan en mayor medida, de un modo más directo y relevante, no son ni mucho menos casuales, sino que con ellas se consigue concentrar el ingreso y la riqueza cada vez en menos manos, y hacen que la gente permanezca en silencio, cuando se restringen los derechos, imponiendo un único y determinado modo de vida para que ello suceda.
Veamos de manera muy esquemática cuáles son esas 10 grandes mentiras, entre otras muchas, en las que se basa el neoliberalismo actual para mantener su injusta sociedad del lucro y la rapiña del bolsillo de los contribuyentes, aunque de unos más que de otros. Éstas son: Mentira 1: el problema básico de la economía es la escasez. Mentira 2: lo que dicen lo economistas es científico, no se puede poner en cuestión. Mentira 3: la vida económica como un sistema de automatismos, cuando lo que rige es la oferta y la demanda. Mentira 4: el sistema económico en el que vivimos es el mejor posible, y el capitalismo es la economía del mercado libre y la competencia. Mentira 5: se recibe como salario o beneficio lo que cada cual aporta a la producción. Mentira 6: el dinero es un simple medio de cambio y los bancos intermediarios que prestan lo que depositan los clientes. Mentira 7: para crear empleo hay que bajar los salarios. Mentira 8: el envejecimiento de la población hará imposible financiar las pensiones públicas. Mentira 9: apostar por el libre comercio y dejar que las economías compitan entre sí es más beneficioso para todas que intentar protegerlas. Mentira 10. El Estado es el problema porque el gasto público es dinero tirado, expulsa a la inversión privada, obliga a poner impuestos que perjudican a todos y genera deuda que frena el crecimiento económico.
Será en el siguiente artículo donde desmenuce cada una de las diez mentiras antes enunciadas. Ello servirá para despertar nuestra duda inteligente, razonable y modesta que es, con palabras de Shakespeare, la “sombra de los sabios”.