Lo que era un secreto a voces, que dentro de las filas del Partido Popular estaban infiltrados la ultraderecha española, nostálgica del franquismo, del nacionalcatolicismo, el fascismo y el nacismo alemán, se ha convertido en una cruda realidad.  Por fin se ha podido comprobar, en una reciente sesión del Congreso de los Diputados, que el Partido de Santiago Abascal conocido como Vox, con 52 diputados y diputadas, está en la onda de los militares golpistas que han dirigido una carta manifiesto al Rey Felipe VI, para advertirle que la unidad de España está en peligro con la llegada al Gobierno de la coalición del PSOE y Unidas Podemos, es decir, con el Gobierno “social-comunista” que está en el Poder, gracias al apoyo de  filoetarras e independentistas catalanes, que quieren romper España, esa Una, Grande y Libre heredada de la época franquista.

Las soflamas derechistas del PP de José María Aznar López, Mariano Rajoy Brey y Pablo Casado Blanco, se debían a que tenían que contentar a la ultraderecha española, que acechaba agazapada tras las siglas del PP, para irrumpir cuando la ocasión le fuera favorable y enseñar su verdadero rostro, el fascismo más criminal. No lo decimos nosotros, lo dijo la portavoz y secretaria general del grupo parlamentario de Vox, y diputada por Granada a las Cortes Generales de España, Congreso de los Diputados: Macarena Olona  Choclán, respondiendo a una interpelación del diputado  socialista Odón Elorza: “Por supuesto que estos militares del manifiesto son de los nuestros, son nuestra gente”. Veamos, pues, que dicen esos militares que están bajo el paraguas de la ultraderecha española, que en la actualidad responde al nombre político de VOX. Breves apuntes sobre Macarena Olona Choclán: nace en Alicante hace 41 años. Licenciada en Derecho por la Universidad de Alicante, abogado del Estado, fue secretaria general de Mercasa, y como no pudo trincar de lo que se cocía en el cotarro, dice que destapó lo que se conoció como “Caso Mercasa”, donde mangoneaban tanto el PSOE como el PP. En realidad, fue el abogado Joaquín Moeckel el que hizo el trabajo que después se ha adjudicado la mentirosa compulsiva, Macarena Olona. Esta es la catadura moral de la que, junto a sus amiguetes, quieren salvar a España de la corrupción. Debido a ese “trabajo” de denuncia de la corrupción recibió en 2018 el Premio HAY DERECHO, en su cuarta edición; pues si quiere ganar el de 2021, sólo tiene que investigar los sobrecostes del recién fundado Hospital Isabel Zendal de Madrid, y las mordidas que hay detrás, lo mismo que dice que hizo en Mercasa. Pero, cuidado Macarena (¡¡¡ay, Macarena!!!) que el Gobierno de la Comunidad de Madrid está formado por el PP, Ciudadanos y Vox, es decir, por vosotros y vosotras. ¿Te atreverás a tirar de la manta, valiente salvadora de la Patria: una muy grande y libre?

En una conversación de WhatsApp, de la XIX promoción del Ejército del Aire, se incluyen soflamas contra independentistas, junto con un audio reenviado por un participante, donde se puede oír un saludo del líder de VOX Santiago Abascal. No es fascismo criminal hacer afirmaciones como éstas: “No queda más remedio que empezar a fusilar a 26 millones de hijos de puta, aunque hacen falta 26 millones de balas”. “Que pena no estar en activo para desviar un vuelo caliente de las Bárdenas a la casa sede de estos hijos de puta”. “Yo he leído un libro de Pío Moa (Mitos de la Guerra Civil), como buen facha, y si es verdad lo que dice (para mí sí lo es) no queda más remedio que fusilar a 26 millones de hijos de puta”, es un mensaje remitido por un antiguo general de división, Francisco Beca, firmante de una carta enviada al rey por los 39 miembros de la promoción. En la carta enviada los firmantes arremeten contra el Gobierno, ya que hay “un acoso al poder judicial por la propuesta de ley para reformar el Consejo General del poder judicial”. “Una grave amenaza para la separación de poderes”. Otros participantes en los chats hablan de la posibilidad de “hacer algo legal o ilegal” contra los independentistas de la Asamblea Nacional Catalana (ANC). “Cada vez insultarán y ofenderán más (donde más duela) mientras les salga gratis. El nivel de doma que han conseguido con los españoles (todos) es insuperable. Como los monos del tríptico ni vemos ni oímos ni hablamos”. “Prefiero la República para repetir las maniobras del 36”. “Creo que me quedo corto fusilando a 26 millones”. “Las maniobras del 36 proporcionaron unos cuantos años de progreso, aunque algunos lo pasaron mal. España está llena de gente ingobernable y la única forma posible es culturizar a la gente, cosa que es imposible con la izquierda. Es muy triste, pero es la realidad española”. “Tal como está la situación la única manera de atajarla es extirpar el cáncer”. “No fueron las únicas sublevaciones, pero sólo las de Primo de Rivera y la del irrepetible (léase Franco) trajeron la paz y la prosperidad a España”. “La sociedad española está dividida y los buenos son más cobardes que los malos. Sólo queda (desgraciadamente) repetir la historia”. “No quiero desanimaros, pero con palabras y a estas alturas no se puede cambiar nada”. A todo esto, hay que añadir el audio que el presidente de VOX ha dirigido a los militares golpistas, en el que les da su apoyo explícito. No cabe la menor duda que los chats destilan odio por todas partes. Que algunos volverían a fusilar a quienes no piensan como ellos, y, por lo tanto, a más de la mitad de la población española. Y todo bajo el paraguas histórico de que la unidad de España está en peligro, que los nacionalismos periféricos tienen la culpa, y que se insulta al Rey y a los símbolos del Estado Español. Con diversos matices, estas han sido las excusas para los dos últimos golpes de estado que llegaron a consumarse: el de José Antonio Primo de Rivera (1923-1930), y el sangriento llevado a cabo por el asesino general Francisco Franco (1936-1975).

La causa primera y fundamental para que se pueda dar la actual situación de los militares retirados (en el 23- F estaban en activo), está en el artículo 8º de la Constitución Española de 1978, la cual deposita en las Fuerzas Armadas el poder para decidir qué atenta y qué no a la unidad de la nación española, siendo el Ejército el juez único que puede decidir su intervención armada en el momento que él lo crea necesario. El texto constitucional no admite interpretaciones, es de una claridad meridiana: “Las Fuerzas Armadas, constituidas por el Ejército de Tierra, la Armada y el Ejército del Aire, tiene como misión garantizar la soberanía e independencia de España, defender su integridad territorial y ordenamiento constitucional”. Son estos dos últimos conceptos los que han expresado los militares del odio en su carta al Rey y comandante general de los ejércitos españoles Felipe VI, El Mudo: que España se rompe por la posible independencia de Catalunya y la llegada al Gobierno de los Socialistas y Unidas Podemos. Ellos no soportan que no manden los suyos y que lo haga la coalición política, a la que llaman de forma despectiva “social-comunista” de orientación bolivariana, chavista, independentista y filoetarra (todavía no se han enterado, o no quieren enterarse, porque les interesa, de que la E.T.A. dejó su lucha armada el 20 de octubre de 2011, y su disolución como organización armada seis años y medio después). Qué interés tan repentino les ha entrado por “el orden constitucional”, cuando el partido que dio origen al actual PP (Alianza Popular de Manuel Fraga Iribarne), del cual ha salido VOX, votó en contra del texto constitucional, ya que eso de las “nacionalidades” no es compatible con la unidad de España.  Sus palabras en el Congreso de los Diputados fueron: “La referencia a la palabra ‘nacionalidad’ no la entendemos compatible con el principio de unidad de la Nación o de la nacionalidad española”. Ni la han entendido nunca, ni la entendieron entonces ni la entienden ahora, ya que para ellos lo único verdadero es lo suyo, y la única realidad nacional es la que tiene como centro de acción política la ciudad de Madrid. Qué se puede esperar de un ejército que ha medrado a la sombra del franquismo y sus sucios privilegios. Cuya supremacía radica, solamente, en que tienen a su entera disposición las armas para fusilar, si es preciso, a 26 millones de ciudadanos que no le caen bien, por tener unas ideas diferentes a las suyas, porque en cuanto a valores carecen por completo de los más básicos. Tanto es así que apoyan a una dinastía, la borbónica, que a lo largo de su breve historia en España (1700-2020, con algunas interrupciones) se ha visto inmersa en muchas tramas corruptas, por algunas de la cuales han tenido que huir de España; la más reciente, la del rey sin-mérito Juan Carlos de Borbón y Borbón y su huida cobarde a Arabia Saudita, donde no se respetan los derechos humanos y se asesinan a diario a los opositores políticos.

No queremos dejar pasar la oportunidad para señalar, con nombres y apellidos, a los más destacados militares golpistas con ramalazos de asesinos en potencia. Entre ellos están: Ricardo Pardo Zancada, condenado a 12 años de cárcel por su participación en el golpe de Estado del 23-F de 1981, Juan Chicharro, general de división, Presidente de la Fundación Francisco Franco, recuérdese que España es el único país occidental  que tiene una fundación dedicada a un dictador de la calaña de tan siniestro personaje; el teniente general Emilio Pérez Alamán, el almirante  José María Treviño, el general de división  Luis Gómez-Hortigüela Amillo y el general de brigada Carlos Blond Álvarez del Manzano, teniente general César Muro Benaya, general de división  Luis Carvajal Raggio, el general de brigada Adolfo Coloma, quien ha sido el redactor del manifiesto, estos tres últimos, en octubre de 2019, enviaron una carta al Vaticano, promovida por la Fundación Francisco Franco, en la que subrayaban “el gigante esfuerzo de reconciliación y labor enorme y la labor enorme de generosidad y demencia” del dictador. Algunos de ellos firmantes del manifiesto de desagravio a Franco, en el que se exaltaba la figura del dictador y justificaba el golpe de Estado de 1936, difundido el verano del 2018, cuando se debatía la exhumación de sus restos. Como no podía ser de otro modo, también lo firmó el anteriormente mencionado general Chicharro, en esta ocasión el general Manuel Álvarez del Manzano dijo lo siguiente: “Si Cataluña se independiza, hay que volar el Parlament a cañonazos”. Y ellos son los que llaman terroristas a los demás. De todos los firmantes el que tuvo una carrera más corta fue el teniente Cristóbal Martímez-Bordiu Franco, único nieto del dictador que ingresó en el Ejército, que colgó el uniforme en 1982, cuando no llevaba ni dos años de servicio. Su presencia en la lista es sólo un simple marchamo de legitimidad de la fachosa familia Franco.

En el polo opuesto a estos militares golpistas retirados y alentadores del odio y la violencia militar contra el pueblo, o contra la mitad del mismo, está el Foro Milicia y Democracia, heredero de la Unión Militar Democrática (UMD) que se opuso a la dictadura franquista desde dentro de la Fuerzas Armadas, el cual ha difundido un comunicado en el que critica la proliferación de cartas y manifiestos de esos militares, que “nos anuncian poco menos que un cataclismo nacional, intentado involucrar al Jefe del Estado en sus elucubraciones”. Y subrayan, entre otras cosas, que “que no está en riesgo el orden constitucional” y que “nadie tiene derecho a arrogarse el patrimonio del patriotismo y del amor a España ni el uso interesado de sus símbolos”. Por su parte los medios de comunicación de derechas, en vez de condenar los intentos golpistas de los militares retirados (“su gente”), se dedican a mirar para otro lado cargando las tintas en quién ha filtrado los chats del odio. Pretenden extender el bulo de que detrás de la filtración está Podemos, o lo que es lo mismo el vicepresidente segundo del actual Gobierno, mediante el jefe de su gabinete, el exjefe del Estado Mayor de la Defensa del Ejército del Aire Julio Rodríguez. No tienen nada que decir sobre la actuación del Rey Felipe VI y su silencio cómplice con las propuestas de los golpistas, hecho que contrasta con la rapidez con que se desplazó a Barcelona, para cargar contra la consulta convocada por la Generalitat de Catalunya para que la ciudadanía se pronunciase sobre su futuro, el 1 de octubre de 2017.

Como dice el refrán “no hay nada nuevo bajo el sol” (Nihil novi sub sole”), que aplicado a los militares españoles se traduce en: el golpismo en España viene de lejos. Siendo una de las características más destacadas de la vida política del siglo XIX en España. De signo moderado o progresista, el viejo golpismo fue evolucionando hacia posiciones conservadoras, de manera especial en sus dos grandes éxitos del siglo XX: la dictadura de Primo de Rivera y la del genocida Francisco Franco. Ya en abril de 1812 se presenta en Valencia el Manifiesto de los Persas, ante el rey Fernando VII, en el que se preconiza la vuelta a la monarquía con carácter de antigua tradición y de un absolutismo integral. Seis años después, 1 de enero de 1820, se produce un golpe de estado a cargo del general Rafael del Riego y Flórez. Sería el primero de los 25 golpes de estado, más o menos cruentos, en últimos 200 años de la historia de España. En un principio, estos golpes de estado no tenían la intención de que los militares se hicieran con el poder, sino que se pretendía apoyar a la monarquía que había sido abolida o volver a instaurar la Constitución. Este fue el caso del comandante Riego, que no tenía por objeto tomar las riendas del gobierno, ya que sólo exigía un cambio de gobierno absolutista a un gobierno constitucional.  Pero con el paso del tiempo, los generales golpistas dieron un salto cualitativo y terminaron ellos ostentando el poder de manera absoluta. Fue durante el siglo XIX que se escenificará el conocido como “baile de los sables”. El primer militar que se hace con el poder fue el general Baldomero Fernández- Espartero Álvarez de Toro (Granátula de Calatrava-Ciudad Real 1793- Logroño 1879). Fue proclamado regente del reino (1840-1843), ante la minoría de edad de la reina Isabel II. Espartero fue una figura fundamental del liberalismo político español durante la primera mitad del siglo XX como principal dirigente del Partido Progresista. Como afirma un autorizado historiador, en España “En los últimos 200 años se han dado más de 500 actos de pronunciamientos y golpes de estado, algunos de ellos muy pequeños, que sólo consistieron en expresar una opinión, pero 40 fueron muy importantes”.

A lo largo de los últimos doscientos quince años (Batalla de Trafalgar-1805), el “glorioso” ejército español sólo ha cosechado derrota tras derrota, y si una parte del ejercitó (“los nacionales fascistas”) ganaron a otra parte, la republicana, fue por el abrumador apoyo del fascismo italiano y el nazismo alemán. Pero, al César lo que es del César, su gran victoria, sin paliativos, fue la obtenida para recuperar el Islote de Perejil (en la que sólo había doce marinos marroquíes con dos banderas). Se tenía que proteger la integridad territorial de España, y así se hizo con un gran despliegue de medios, por tierra, mar y aire, por si los marinos ofrecían alguna resistencia. Finalmente, quedamos a la espera de la condena a los militares golpistas por su incitación al golpe de estado y sus chats cargados de odio hacia la mitad de la población española. ¿Cuántos años de cárcel piden PP y VOX para los golpistas que atentan contra el orden constitucional establecido, ellos que tanto presumen de constitucionalistas?

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