Floreal Rodríguez de la Paz

Es notorio que la raza, cuando se aplica a hombres y animales, merece especial atención. La Naturaleza dota de unos valores a la fauna que, no siempre, conservan la costumbre de llamar a las cosas por su nombre de origen. Y en este origen se encuentran toda clase de eventos, a los que se debe prestar máxima atención, si no es que dejamos al azar, lo que importa y tiene sentido, cuando se trate de principios y formas de pensar. Pues las Ideas que venimos defendiendo, nada menos que un “siglo” irrumpen con ímpetu, ahora sí, destapando en la propia “ideología del Anarcosindicalismo -Confederal desde 1910- (CNT-AIT)”, una escisión, que sólo defiende, desde la parte escindida, lo que venimos conociendo como CIT.

Y como quiera que las luchas sociales no pueden, porque no deben, ser cuestionadas con tácticas destructoras; pues viene a cuento desempolvar las mejores armas dialécticas para que, los vendavales internos organizados, no se puedan extender para la historia, justificando la necesidad de “acabar con los Principios y las Finalidades”, para irse de rositas, simulando algún atisbo de legitimidad Orgánica: ¡Es falso, señores de la CIT! El pensamiento Anarcosindicalista está dotado de las mejores armas obreras para defendernos de la “patronal”, de sus dioses de paja, de tanto como siempre se ha dicho contra la Casta política, ya que son “ellos” los que deforman luchas y creencias.

De la escisión, que no es la primera, porque hubo otras muchas y “nunca”, de ¡nunca!, pudieron terminar con los Acuerdos, ratificados en el primer Congreso Confederal de 1910. Quedó desde entonces “formas concretas para que la Clase Trabajadora” (no los políticos) que se camuflan entre los trabajadores organizados, por ser siempre marionetas del sistema dominante. ¡Cuánta indecencia en los osados para destruir las Tácticas de la CNT-AIT!

Y cuando sigue la CIT, como intento de dar pábulo a terminar con la histórica CNT, adherida a la Primera Internacional -AIT-, suelen perder, mientras tanto, que no solo traicionaron los principios de las Tácticas libertarias, sino que destruyeron la ética posible que “fortalece siempre” los Principios y las Finalidades: ¡Esto es indestructible, señorías de la CIT! Todas las guerras fueron certificadas por instintos incompatibles con “nuestros Principios y sus Finalidades”.

Las generaciones, todas, registran los valores de cada Colectivo Humano. Y aquí, la CIT, patenta intenciones de bajo nivel cívico. Los actores de tal “escisión en el seno de CNT-AIT”, utilizan las tácticas más vergonzosas, especialmente para la Clase Trabajadora, perteneciendo  “a los que fuimos y seremos de la Clase Explotada”, los que defendemos, con la mejor ética, los Acuerdos de Congresos, de Plenos Nacionales, de Plenos Regionales, de Plenos de  Sindicatos; finalmente, Acuerdos de Asambleas, refrendados en las Actas Obreras, de los Afiliados. ¡Y no hay más, señores de la CIT!

No es necesario citar la lista de implicados -aunque no debe olvidarse la claridad de tales figuras decorativas en la “escisión CIT”, pues basta, en principio, con hacer diana, sobre todo cuando de inderogabilidades se trate, como es el caso: La Organización CNT-AIT no es la que fracasa, se trata de sus depredadores, metidos en las Asambleas, desde donde “hacen lo contrario de lo que se Acuerda”. Y aquí sí hay que procurar desintegrar a los demagogos, siempre traicionando “los principios”, incluso dudando, pues suelen y pretenden sancionar la importancia de los Congresos, de Plenos Nacionales o de la importancia de la responsabilidad, a la que siempre hay que prestar alto nivel de pleitesía.

Un Comité Nacional no puede seguir gestionando la Organización cuando se vanagloria en decir que “su responsabilidad” tiene que estar por encima de los criterios de la Afiliación, que tiene el deber de debatirlo todo. ¡Así nace la cobardía, pues termina siendo la traición de los hechos! La CIT utiliza la traición con argumentos que dicen ser “oficiales” cuando lo que suceden es otra cosa: ¡Desde cuándo, en esta Organización CNT-AIT, puede ser ninguneada, creando una escisión, que nunca, y lo sabe bien la turbulencia de la CIT, sabiendo que será abortada, por muchas estrategias que se propongan!

¿Qué sucede cuando no se puede destruir una Organización heroica, pretendiendo borrar del mapa Peninsular el Pacto Confederal desde 1910? Cuando alguien pretende cambiar el mundo por otro nuevo, será necesario recordar que “llevamos en nuestros corazones un Mundo Nuevo”. Y esto comentado, la reinventada CIT sabe que tiene alto precio corregir la usurpación, el robo, las traiciones, los falsos dictámenes para dominar, siendo todo para quedar en la historia sindical la CIT, como vividores de alcurnia decepcionante. ¡Muerte a la CIT! No salen de las políticas de Estado. Por eso viven de “la voz de su Amo”. Y es que cuando median los intereses del capitalismo, es porque son comprados para seguir el credo abominable del Estado. No se trata de ¡sálvese el que pueda! No señores de la CIT, puesto que se puede y debe despertar lo sufrido por la CNT-AIT, por culpa de las escisiones, las que son manejadas por las aves de rapiña, desde las políticas de Estado. Entonces, el precio de la escisión no puede pasar palabra dejando las traiciones en el olvido. Se sabe que hay un Patrimonio, se conoce lo recibido por, como buenos perros adiestrados para lucrarse, el beneficio que el Estado da a quienes se arrodillan, para que los rezos sean acodes a los intereses políticos, gracias a Dios y al Estado. ¡Señores de la CIT, ya que no son portadores de un Ideal como el que defiende la CNT-AIT, ¡porque se sitúan fuera del horizonte de la Clase Obrera!, hay que dotar de luchas revolucionarias a cuantos desean conquistar la libertad y los derechos laborales, ya que somos una Organización Obrera, con ilusiones Obreras; también desde la parte humana más sensible de los braceros, sin menospreciar a cuantos  dominan la sabiduría que hace posible que la sociedad y la vida tenga interés, siempre entregando la vida por una sociedad sensata, equitativa y justa.

A la CNT-AIT le sobran las demás organizaciones, sin menospreciar la existencia de otras paralelas, aunque distantes de nuestra propia ética revolucionaria, sino es que siguen lo vital, para que sea posible disfrutar los derechos que la Naturaleza nos brinda para siempre. ¡Es muy sencillo, señorías grupusculares de otras corrientes! ¡No es necesario destruir para triunfar! ¡Nunca se consiguen los objetivos si media el Estado, las Iglesias, los dioses Liberados, la ambición Empresarial de la burguesa costumbre de los que comulgan con ruedas de molino! ¡Son el auténtico y gran caos de toda circunstancia sindical para la Clase Obrera, siempre expectantes, por si se puede escapar de las trampas que provienen de los hábiles expendedores de intriga, malestar y convivencia infectada, por quienes se dedican a sembrar discordia! ¡Y eso es la CIT! Señores que no quieren seguir los caminos de la libertad, no se sabe muy bien si es porque no ganan dinero o porque el listado de políticas diferentes necesita para significar algo y vivir del cuento, no de las luchas reivindicativas, por medio de la aventura que hace posible la “escisión” en la Organización, que, si no existiera, habría que inventarla, con la condición de que defienda los intereses de la Clase Trabajadora. Por el momento queda abierta la posibilidad de vislumbrar un futuro inmediato, sin que medie en ello la ambición lucrativa de la CIT.

 

Diciembre  de 2020

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