No hay sombra

desconocida

anónima

que se arrastre

en connotación

de libertad…

No hay “nosotros”

sino yo y el otro,

dos pronombres sueltos

anteponiendo al vacío del último sueño.

Lógica palabra

es la cobardía, nombre cruel, impostora

delante del miedo.

Entre el puente

y el día firme

corre la pupila

de la lucidez inútil.

El río, agua irreversible, recorre la vida,

tiempo y cicatriz, embriaguez total,

nunca y eterno

en el mismo plato.

Teresinka Pereira

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