No me interesa, no me interesa
una poesía
que no entra, que no es parte sangrante
de las frustraciones
de los atroces sufrimientos
de millones y millones de hombres
obligados al silencio encerrados en la cárcel
muertos.
No me interesa
una poesía
de sonidos agradables
divagaciones, abstracciones de mierda.
La soledad, el hambre lacerante
del campesino de Sudamérica
debo alcanzar.
La lucha creadora encarnizada
de todos los obreros de la tierra
debo captar cada vez mejor
en profundidad.
En el aislamiento, en el dolor despreciado
de mis compañeros negros
en su dura angustia cotidiana
en su muerte
está plantado mi corazón, mi acción tenaz.
Ferruccio Brugnsro
(Trad. Carlos Vítale)