A pesar de que la actualidad pasa por la pandemia causada por el Covid-19 (Coronavirus), tal como anuncia el título de la editorial, vamos a tratar sobre la cuestión de la corrupción del rey emérito, a raíz de lo aparecido en los medios de comunicación sobre las cuentas que el monarca Borbón tenía ¿tiene? en diferentes paraísos fiscales. Entendemos que la situación creada por el virus y su repercusión en la sociedad en sus diversos aspectos: sanitarios, económicos, laborales y de acciones sociales tanto grupales como personales, tiene que ser abordada con la debida perspectiva temporal, y es por eso por lo que no puede ser tratado en esta editorial, pues, cuando se escriben estas líneas, estamos inmersos en plena etapa de expansión de la pandemia en el territorio español. Cuando nos pongamos de nuevo a dar cuerpo al siguiente número de nuestra revista (n.º 197), estaremos en condiciones de hacer la pertinente valoración de todo lo sucedido hasta ese momento, aportando datos totalmente contrastados, consiguiendo con ello que nuestra opinión sea lo más veraz y objetiva posible. Mientras, vayamos a lo que nos ocupa, que no es otra cosa que la corrupción del anterior monarca Juan Carlos Alfonso Víctor María de Borbón y Borbón-Dos Sicilias.
Hablar de corrupción en los Borbones no es un asunto que arranca con el reinado Juan Carlos I rey de España. Aunque, a decir verdad, ha sido durante el largo reinado del romano (27 de noviembre de 1975 al 19 de junio de 2014), cuando la corrupción borbónica ha llegado a su cúspide. La situación actual viene dada tras conocerse unas investigaciones de la Fiscalía suiza con relación a una supuesta donación de 100 millones de dólares en el año 2012, dirigida a su amiga (seamos benévolos con Sofía de Grecia) la empresaria alemana Corinna Larsen, dicha donación está vinculada a unas supuestas (en la Casa Real todo es supuesto) donaciones de Arabia Saudí. Para los soplagaitas y demás vividores de toda ralea, que apoyan a la Corona, ese país no es una dictadura asesina, para ellos sólo hay dictadura en Venezuela, Corea del Norte y Cuba.
Si retrocedemos un poco en el tiempo, podemos observar como el actual rey emérito, ya hacía sus pinitos en los asuntos de corrupción nada más llegar a tomar posesión de su cargo como jefe del Estado Español. Veamos algunos ejemplos. Allá por junio de 1977, el rey solicitó, mediante una carta, al Sah de Irán (antigua Persia), Reza Pahleví “en nombre del partido político del presidente Suárez” un préstamo de 10 millones de dólares como contribución personal al fortalecimiento de la monarquía española. Eso es, simplemente, corrupción política, al favorecer de manera partidaria a un partido concreto. Su relación con Arabia Saudí no es de hace pocos años, ya que el 21 de septiembre de 1992, justo después de las Olimpiadas de Barcelona, el rey Juan Carlos I de España y el príncipe Salmán bin Abdulaziz de Arabia Saudí, inauguraron la Mezquita de la M-30 en Madrid, con un coste de 2.000 millones de pesetas. Pregunta: ¿cuánto se llevó el rey de España de comisión por la autorización y construcción de la fastuosa mezquita saudí? Como de costumbre en estos temas, la Casa Real no sabe no contesta.
Ahora que tanto se preocupan, el PP como Ciudadanos y Vox, por las relaciones de Podemos con Venezuela, tendrían que recordar la ayuda expresa del rey Juan Carlos I y el gobierno de España, presidido por Adolfo Suárez, a la sangrienta dictadura militar de Jorge Rafael Videla en Argentina. España proporcionó ayudas económicas a través de acuerdos comerciales y diplomáticos. El rey también habría hecho, según una investigación del diario Público, de intermediario entre la dictadura argentina y grandes empresarios y banqueros españoles, Emilio Botín padre, entre ellos. Pregunta: ¿a cuánto ascendió el botín de las comisiones del rey, pues no ha trabajado nunca gratis? El Palacio de la Zarzuela no sabe no contesta. Argentina necesitaba divisas debido a los grandes gastos ocasionados por sus muchos y brutales programas de represión política. La investigación señala el intercambio de regalos y condecoraciones entre altos cargos de ambas naciones. En 1978, el rey le concedió a Videla la gran cruz de la Orden de Mérito Militar y el collar de la Orden de Isabel la Católica. El entonces príncipe Felipe (hoy, Felipe VI) fue nombrado por la Armada Argentina Guardiamarina Honoris Causa en 1981. España habría dado cursos a 33 militares argentinos entre 1976 y 1983, los cuales participaron en tareas de represión en su país. Otra pregunta: ¿de dónde le vino el Fortuna y el Bribón V? Del primero mucho podría decir la mafia del tabaco canario y del segundo la jet set mallorquina. Pero ¿qué dice la Familia Real? No sabe no contesta. Y así podríamos continuar, más la editorial no da para nombrar todas las corruptelas del REY EMÉRITO.
Cómo es posible que con el sueldo que le da el pueblo español, el rey cazador de elefantes y mujeriego impenitente, haya podido amasar una fortuna, que según el The New York Times (año 2004), es de 2.300 millones de dólares (casi 1.800 millones de euros), a lo que habría que sumarle lo acumulado desde 2004 hasta 2014. ¿Dónde tiene dicho dinero? ¿Cuánto tributa por esa inmensa fortuna? La liebre de su fortuna -no del barco- saltó cuando la revista Eurobusiness afirmaba en el año 2000: “La familia del Rey Juan Carlos heredó un número importante de propiedades en España y en otros lugares de Europa, incluyendo una en la isla de Mallorca […]. También recuperó obras de arte. Pero la fuente más importante de la fortuna de la Familia Real procede de una fundación organizada, a finales de los 40, para la restauración de la monarquía por el General Franco. El rey tiene una fortuna personal valorada en 545 millones de euros y controla bienes familiares por valor de otros 1.136 millones de euros”. Para la Casa Real esa información era errónea, pues se confundió los bienes públicos que utiliza como de propiedad privada. Pero visto las últimas informaciones de la Fiscalía suiza, la revista no iba tan descaminada. Aunque la Casa Real se empeñe en convencer a la opinión pública de que Juan Carlos, como todo español, hace la correspondiente declaración de renta y patrimonio, los fondos opacos depositados en la Fundación Zagatka (Liechtenstein) y la Fundación Lucum (Panamá), contradicen lo afirmado por el Jefe de la Casa Real, cuando Juan Carlos era Rey de España, y no “rey emérito”.
Un último apunte, para entender en parte de dónde viene la fortuna del anterior rey. El ingeniero, economista y escritor Roberto Centeno González, que ha estado en diversas empresas públicas: Butano S.A., ENAGAS, CAMPSA, Saras Energía, ERG Petróleos y ENEROIL, dio por válida la cifra aportada por el diario británico antes mencionado, y acusó al monarca y a su antiguo administrador, Manuel Prado y Colón de Carvajal, de cobrar comisiones por el petróleo importado por el Estado de países de Oriente Medio (1 a 2 euros por barril) desde finales de la década de los 70. En 2015 se filtró una conversación grabada por el CNI, donde el empresario Javier de la Rosa afirmaba que el bróker Arturo Fassana, implicado en tramas de corrupción y lavado de dinero, entre ellas la Gürtel, “guardó” en un momento dado 300 millones a Juan Carlos I. El que fuera Ministro de Hacienda, con Felipe González, Francisco Fernández Ordóñez, le dijo a Centeno: “Mira, he estado con Manolo Prado, que se ha enterado que estabas en Kuwait, y me ha montado un pollo que no puedes imaginar, me ha dicho que Arabia Saudí y los Emiratos son exclusivamente suyos y nadie más que él puede negociar un barril, así que ni se te ocurra hacer nada parecido”. Y termina diciendo, el que se presenta como asesor de la compañía de Donald Trump en España, que Juan Carlos, a través de su representante y administrador privado Manuel de Prado, “tenía el monopolio de nuestros suministros extras durante la crisis del petróleo” y que “el Ministerio de Hacienda pagaba por el petróleo lo que ponía la factura, sin entrar en averiguación alguna y menos cometer las ordinariez de decir que se podía comprar más barato cuando el conseguidor era Prado”. Está claro de dónde ha conseguido, entre tantos otros asuntos, el rey su inmensa fortuna. Y encima se los lleva a paraísos fiscales. ¿De dónde se sacó eso de que “todos somos iguales ante la Ley”? Baste, por hoy, lo apuntado hasta aquí sobre lo de comisionista y corrupto. En cuanto a lo de mujeriego, que se lo pregunten a los diferentes ministros que han asistido durante años y años al Día de la Fuerzas Armadas en Barcelona, a las Cumbres Iberoamericanas y sus cenas y pernoctaciones correspondientes, junto al entonces presidente del Gobierno español Felipe González, a los participantes en multitud de viajes de negocios con banqueros, empresarios, comisionistas, asesores financieros por todo el mundo con sus noches de fiestas y mujeres.
Y dónde está la base en la que se sustentan tales tropelías. Muy fácil de saber, sólo hay que coger la Constitución Española y leer el artículo 56.3, el cual dice textualmente: “La persona del Rey es inviolable y no está sujeta a responsabilidad. Sus actos estarán refrendados en las formas establecidas en el artículo 64, careciendo de validez sin dicho refrendo, salvo lo dispuesto en el artículo 65.2”. Artículo 65.2: “El Rey nombra y releva libremente a los miembros civiles y militares de su Casa”. Es decir, que según los “Padres” de la Constitución, fuera del Rey los demás somos violables y tenemos que responder de nuestros actos. Preguntas: ¿Qué tipo de democracia es esa? ¿Qué bulo democrático nos han colado durante estos últimos cuarenta y dos años? ¿Cuánto tiempo aguantará el pueblo español esa farsa borbónica? El pueblo catalán ya ha dicho ¡BASTA! Aunque tenemos monarquía para rato, ya que ni PSOE ni PP ni Ciudadanos, y menos VOX moverán un dedo para que la situación cambie. A ellos y ellas, la actual situación les va de perlas.