Libertad García Montilla
A estas alturas del siglo XXI ya estamos un poco hartos de oír negar la relación de la dictadura asesina del general Franco y lo que se ha dado en llamar el “Régimen del 78”, edulcorado con el nombre de “La Transición”. No hay que ir a hacer un master en ninguna universidad para llegar a la conclusión de que esa relación existe, sólo hay que, con mirada crítica, analizar esa relación.
Sabida es la relación que el Partido Comunista de España tuvo, al final de la dictadura franquista, con los llamados “aperturistas del régimen” de cara a enfocar como debía ser la transición del régimen que se acababa, con la muerte del dictador, y el que tenía que sucederle. A partir de la muerte Franco supimos, por sus propias palabras anteriores de lo dejaba TODO “ATADO Y BIEN ATADO”. Y vaya si fue así, pruebas no faltaron, ni faltan:
-Nos dejó una monarquía, que había jurado los Principios del Movimiento y que juró defender. Monarquía que aún sigue viviendo de la sopa boba a costa del pueblo.
-Se hizo una Constitución, bajo la amenaza (lo han dicho algunos de los que la redactaron) de los sables y las pistolas de un ejército y una policía que había asesinado a muchxs españolxs durante los 36 años que duró la dictadura. Para endulzarnos la píldora llevan cuarenta años diciéndonos que se aprobó en Referéndum. Es verdad, pero bajo la amenaza de un levantamiento del ejército.
– Siguieron gobernando la UCD y AP, hasta 1982, cuyos miembros ya provenían del régimen franquista. Luego, cuando hubo que hacer reformas laborales importantes y contra la clase trabajadora, casualmente ganó el PSOE, que las llevó a cabo, y empezó a poner las bases, como buenos defensores del sistema liberal y económico, del sistema económico y laboral que tenemos e introdujo a España en la OTAN. Así quedó fijado el sistema bipartidista que ha imperado hasta hace poco y que tan bien le ha ido al Partido Popular (descendiente de Alianza Popular) y al Partido Socialista, que han impuesto una corrupción que les salpica hasta en lo más profundo.
-Los mismos altos cargos de los Tribunales franquistas pasaron a ocupar los cargos de las altas magistraturas de esto que llaman “democracia” y que aún, hoy en día, perdura su antigua forma de entender la justicia.
-Los mismos altos cargos militares franquistas siguieron en las cúpulas de los ejércitos de la “democracia”.
-Las mismas hordas de sicarios policiales que nos reprimían y asesinaban durante el franquismo, lo siguieron haciendo en la “democracia”.
– Las mismas tácticas policiales, empleadas por el Estado franquista, se siguieron haciendo durante la “Transición”. Como ejemplo tenemos lo que se llama el “Caso Scala”, en el que el Ministerio del Interior, en enero de 1978, incendió la sala de fiestas Scala de Barcelona para acusar a militantes de la Confederación Nacional del Trabajo (CNT) y acabar con ella, pues ésta no estaba dispuesta a convertirse, como había pretendido Martín Villa, en un sindicato más de la nueva y flamante “democracia”. Cosa que si hicieron el sindicato comunista CC.OO. y el socialista U.G.T., los cuales son parte importante del nuevo régimen que se instauró y del cual reciben anualmente, por los servicios prestados, una importante suma económica.
-En aquella “Transición” se hizo un pacto y se aprobó una Ley de Amnistía, la cual eximió de responsabilidades a los asesinos de la dictadura. Y así seguimos. No hace muchos años aún le dieron medalla a un torturador de la dictadura como “Billy el Niño”, y el gobierno de turno se ha negado a extraditarlo a la justicia Argentina, a la cual recurrieron sus víctimas porque en la justicia española no pueden hacer nada a causa de aquella ley. Cuando un juez (Baltasar Garzón) intento atreverse con el tema lo eliminaron de la carrera judicial.
Entonces, viendo y analizando lo anterior, ¿cómo es que insultan la inteligencia y siguen negando la conexión de un régimen y el que le sucede?
Cuando los catalanes han puesto en entredicho el Régimen del 78 y se han echado a las calles, todo el aparato del Estado, monarca y altos cargos de la judicatura, han salido en su defensa y han empleado en Cataluña toda su fuerza, verbal, represiva y judicial. Todos a una, como en Fuenteovejuna. Si Franco lo dejó TODO ATADO Y BIEN ATADO (y que tan bien le ha ido a todo ese atajo de políticos corruptos y vividores), quien se atreva a ponerlo en duda sufre las consecuencias. Por tanto, en España, no se permite, por parte de todos los defensores del Régimen del 78, ninguna crítica ni comparación con el franquismo, so pena de ser estigmatizado y reprimido.
Además, como estamos viendo últimamente, lo más extremo, ideológicamente hablando, de aquel régimen franquista ha saltado del Partido Popular, en donde estaban enquistados y muchos de ellos cobrando del dinero público, y ha dado vida a otra formación política (VOX), que ya está dentro del parlamento con 52 diputados, lo cual nos dice en que país seguimos viviendo.
Siempre hemos dicho que el franquismo sigue enquistado en la sociedad española, fueron 36 años de inoculación del veneno franquista. Si sumamos los votos del Partido Popular, los de VOX y algunos de partidos más residuales, vemos que son muchos ciudadanxs lxs que siguen dando cancha a lxs herederxs de aquellos que cortaron las ansias de libertad y la vida del pueblo español durante 36 años.
El fascismo, como muchos han creído y creen, no ha desaparecido nunca. Siempre está ahí, en la sombra si es preciso, y durante el tiempo que sea necesario, si así lo precisan los poderosos. Siempre están atentos por si el PODER les necesita. José Saramago dijo: “Los fascistas de futuro no van a tener aquel estereotipo del Hitler o de Mussolini. No van a tener aquel gesto de duro militar. Van a ser hombres hablando de todo aquello que la mayoría quiere oír. Sobre bondad, familia, buenas costumbres, religión y ética. En esa hora va a surgir el nuevo demonio, y tan pocos van a percibir que la historia se está repitiendo”.
Pues bien, esa hora ya ha llegado a España, en otros países ya lo hizo hace algunos años. La extrema derecha ya tiene una buena representación en el Parlamento de esta democracia burguesa que padecemos, y ha llegado al mismo hablando de lo que ya predijo la mente lúcida de Saramago. No olvidemos que Hitler llegó al poder con ese mismo discurso y las consecuencias de este parece que ya se han olvidado. La Historia sigue sin servir para nada. Los pueblos siguen sin aprender nada de los errores de los que les precedieron, por eso seguimos creyendo que el Estado y los partidos políticos van a solucionar la vida de las personas; les seguimos votando, cada cuatro años, a quienes nos van a fastidiar durante ese período; seguimos creyendo, cuando esos a los que votamos nos defraudan, que políticos de extrema derecha nos sacarán del atolladero al que nos llevaron los anteriores. Es decir, y sin ánimo de ofender a nadie, que como sociedad seguimos siendo en el extremo de la imbecilidad y la ignorancia, a pesar de creernos lo contrario. La prueba está en que de nada sirve que nos engañen, nos masacren, nos recorten libertades, nos controlen, nos roben y nos exploten. Como sociedad padecemos una ceguera permanente y, por el momento, irreversible. Esperamos que, en un futuro no muy lejano, surja una generación que diga ¡BASTA YA Y HASTA AQUÍ HEMOS LLEGADO! y sea capaz de llevar adelante una Revolución que acabe con tanto privilegio ponga el destino de la Sociedad en manos de esta misma.