Manuel Xío Blanco
Leí en una publicación extranjera que un artista había expuesto unes monedes, cuarenta y tres agujereadas.
Pues Bueno, como el mundo del arte, hace ya tiempo se encuentra en una paranoia desquiciante, estaba a punto de no seguir leyendo, pero resulta que las monedes eran de plata, conmemorativas de las olimpiadas del 68, y los orificios no estaban hechos a golpes de punzón y martillo pilón, sino agujeros hechos con disparos de fusil, es decir, las cuarenta y tres monedes de plata estaban baleadas, como dicen en América.
Llegado aquí, uno se pregunta: ¿cuánta chatarra de fundición de lujo? ¿Y dónde queda el arte? Y seguí leyendo. Y el motivo era justificado y valiente: las monedas eran por los cuarenta y tres estudiantes mexicanos desaparecidos en Iguala durante los actos de desobediencia civil para los preparativos del Aniversario de Tlatelolco en 2014. Esta pieza se enmarca, dice la revista, en una investigación del artista Fernando Sánchez Castillo con el título “Hecho en México 43-2016, cortesía del artista.
Ahora, en Solidaridad digo yo: muchas gracias, Fernando Sánchez Castillo, ese gesto te honra y te hace grande y humanista. Enhorabuena desde Mós, Galiza, España