El pasado lunes, 23 de septiembre, la sede de la Organización de las Naciones Unidas, en Nueva York, acogió la Cumbre de Acción Climática. Dicha Cumbre fue convocada por el Secretario General de la ONU, el portugués, António Guterrez, en mayo de 2018. En ella participaron más de 60 mandatarios, también representantes de grandes compañías y de ciudades comprometidas contra la lucha climática. Esa cumbre ha tenido un carácter netamente político, no negociador. Se dieron cita los principales presidentes y primeros ministros de la UE, además del de la India, así como representantes, aunque no a su máximo nivel, de China y Rusia. En esta ocasión sólo pudieron intervenir aquellos Estados dispuestos a presentar propuestas concretas contra el cambio climático, por lo tanto, ni Brasil ni Estados Unidos tuvieron voz, aunque Trump asistió como oyente en algunos momentos de la Cumbre. El escepticismo de los presidentes de esos dos estados, cuando no la abierta oposición ante el hecho del cambio climático, y su rotunda negación de que ese cambio se esté produciendo, ha sido el único motivo de que Guterrez, en nombre de la ONU, no le dejara participar a Jair Bolsonaro y a Donald Trump en la Cumbre.

Una de las sorpresas de la Cumbre fue la participación de grandes empresas y grandes bancos, que están por alinearse con el Acuerdo de París de 2015. Son casi 90 empresas multinacionales que tienen, en su conjunto, a más de 4,2 millones de empleados y empleadas, que abarcan 28 sectores y tienen sede en 27 países. ¿Propaganda gratuita, intereses puramente económicos, un poco de convencimiento? Pronto lo sabremos. De momento, todo lo que ayude a cambiar la actual tendencia de destrucción masiva del planeta, sea bien venido. Otra de las gratas sorpresas fue la participación, aunque selectiva, de jóvenes en la Cumbre. Las portadas y fotos secundarias se las llevó la activista sueca Greta Thunberg. Su entrevista con Guterrez salió en todos los medios de comunicación, sobre todo en prensa. Nada que objetar. Sólo un pequeño matiz, esos líderes espontáneos, o aupados por el propio capitalismo que destruye el planeta, después son engullidos por el Sistema, terminando casi todos ellos en partidos políticos que cuando llegan al poder hacen lo contario de lo que pregonaban. En España sabemos mucho de ello. ¿Qué ha pasado con el 15-M? Pues ahí los tienes, a los pies de los que cortan el bacalao. Os suena el apellido Errejón y el de Rosa Aguilar, ésta pasando de IU al PSOE como ministra de medio ambiente y su nefasta gestión, y el otro creando un nuevo partido para, si es necesario, romper Podemos y ponerse al servicio de quien tanto le alaga estos últimos días, por lo tanto, no nos vamos a detener en dar muchos nombre y apellidos, que la lista sería casi interminable. Vayamos a datos más interesantes y que sitúa a cada estado en el lugar que le corresponde en su carrera por destruir el medio ambiente. Como diría el “castizo”, acciones son amores (reducción drástica de emisiones de CO2) y no buenas palabras.

He aquí algunos de esos datos sobre la cuestión que nos ocupa y la responsabilidad que cada país o grupo de países tienen en el cambio climático por su emisión de dióxido de carbono, en tanto por ciento: 1. China 28,21- Estados Unidos 15,99- India 6,24-  Rusia 4,53- Japón 3,67- Alemania 2,23- Correa del Sur 1,75- Irán 1.72- Canadá 1,71- Arabia Saudita 1,56. Pero como el fenómeno de contaminación no es una cuestión de los últimos decenios, hay una estadística con una amplitud de más de 160 años, que revela quienes han contribuido más  a la situación crítica  a la que hemos llegado. Según el tanto por ciento global, desde 1850 a 2011, el orden de mayor a menor es el siguiente: Estados Unidos 27- Unión Europea de los 28 países el 25- China 11- Federación Rusa 8- Japón 4- India 3- Canadá 2- México 1- Brasil 1- Indonesia 1- Resto del Mundo 17. Estos datos reflejan quienes han sido los que más han contaminado en el último siglo y medio, pero no hay que dejarse llevar por lo contundente de estas dos estadísticas, ya que hay una que pone de relieve que, aunque China sea el país que más contamina en la actualidad, en una relación de los países y su contaminación per cápita, la India aparece en décimo lugar y China en séptimo, sobre diez. Veamos, pues, ese nuevo ranking de contaminación a escala mundial: Canadá, Estados Unidos, Federación Rusa, Japón, Europa de los 28, Indonesia, China, Brasil, México e India.

En la Cumbre de Acción Climática, el emblemático informe United in Science aportó diversos datos y cifras que pusieron de relieve la gravedad de la situación, así pues, la Ciencia puso sobre la mesa la creciente disparidad entre los objetivos y la cruda realidad. El informe coordinado por la OMM, tiene por objeto presentar un conjunto transparente de conocimientos prácticos, fidedignos y de vanguardia. Los aspectos más destacados del informe: a) El clima mundial en el período 2015-2019: la temperatura media mundial es la más alta de todos los quinquenios de los que se tiene registro. Y supera en 1,1 a la época preindustrial (1850-1900). Las olas de calor generalizadas y prolongadas, los incendios sin precedentes, los fenómenos devastadores como los ciclones tropicales, las crecidas y las sequías han tenido y tienen repercusiones en el desarrollo socioeconómico y el medio ambiente. b) La continua reducción del hielo marino y de la masa de hielo. La extensión estival del hielo marino del Ártico se ha reducido un 12% por decenio durante el período 1979-2018. c) El balance de carbono global. Las emisiones de dióxido de carbono aumentaron un 2% y alcanzaron un nivel elevado y sin precedentes de 37.000 millones de toneladas de CO2 en 2018. Las previsiones para este año son tan elevadas como las del anterior. Ello es debido a que las fuentes de combustibles fósiles siguen predominando en el sistema mundial de energía. El consumo mundial de energías fósiles supera al aumento de energías renovables. El uso de combustibles fósiles continúa creciendo. Este crecimiento tiene que pararse de manera urgente. Para lograr emisiones netas iguales a cero, que se necesitan para estabilizar el clima, es absolutamente preciso intensificar el uso de fuentes de energía que estén exentas de carbono y reducir drásticamente la proporción de combustibles fósiles en el sistema energético. Los sumideros naturales de CO2, como la vegetación y los océanos, que absorben aproximadamente la mitad de todas las emisiones derivadas de las actividades humanas, resultan cada vez menos eficientes. Esto pone de manifiesto la necesidad de reducir la deforestación y ampliar sumideros naturales de CO2, especialmente aquellos que se encuentran en bosques y suelos, que pueden mejorarse mediante una gestión y una restauración de los hábitats de manera más adecuada.

En el informe United in Science, se incluyen detalles sobre el estado del clima y se presentan tendencias de las emisiones y las concentraciones atmosféricas de los principales gases de efecto invernadero. También se subraya la imperiosa necesidad de poner en marcha una transformación socioeconómica profunda sobre sectores fundamentales como el uso de la tierra y la energía. Se tiene que evitar un aumento peligroso de la temperatura mundial, ya que las consecuencias de dicho aumento serían irreversibles. El informe examina algunas herramientas que sirven de apoyo en materia de mitigación y adaptación.

Según afirmó el Grupo Consultivo Científico de la Cumbre sobre la Acción climática del Secretario General de Naciones Unidas, en el informe “se brinda una evaluación unificada del estado del sistema Tierra bajo la influencia creciente del cambio climático antropógeno, de las medidas de respuesta adoptadas hasta el momento y de los cambios transcendentales que, según prevé la ciencia, el clima mundial experimentará en el futuro. Las conclusiones y los datos científicos incluidos en el informe representan la información fidedigna más reciente sobre estos temas”. La cuestión de que el cambio climático es una realidad no depende de que se crea en ella o no. Es cuestión de que los estudios científicos más serios así lo confirman. Esto no tiene nada que ver con los dogmas de fe. La continua disminución del hielo marino, la acidez de las aguas marinas, el aumento del nivel del mar de manera acelerada, el calentamiento y derretimiento de las capas de hielo de Groenlandia y la Antártida Occidental, el aumento general del 26% en la acidez de los océanos desde el comienzo de la era industrial. Estos son hechos irrefutables. En nuestras manos y mentes está el cambiar el sistema que nos va a llevar por el camino sin retorno. ¿Lo haremos? El compromiso personal en la lucha es intransferible.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *