Libertad García Montilla
La Real Academia de la Lengua Española define la palabra Terrorismo como: «Dominación por el terror. Sucesión de actos de violencia ejecutados para infundir terror». También define la palabra Terrorista como: «Persona partidaria del terrorismo. Dícese del Gobierno, partido, etc., que practica el terrorismo”.
Una vez vistas las definiciones de estas dos palabras hay que analizarlas en su justa medida.
Ya sabemos, por experiencia y estudio de la Historia, que el Gobierno y el Estado tienen el MONOPOLIO DE LA VIOLENCIA GRACIAS A LA COBERTURA LEGAL QUE LE DAN UNAS LEYES HECHAS POR EL@S MISM@S, Y POR TANTO ESA VIOLENCIA SE CONSIDERA COMO LEGÍTIMA DEFENSA. También sabemos que cuando el pueblo ha de emplear la violencia, porque no le dejan otro camino, para luchar contra leyes injustas o en demanda de reivindicaciones sociales de primer orden, ésta puede pasa a ser delito de terrorismo porque en esas mismas leyes, que amparan la violencia del Poder, así lo estipuló el Poder. Por tanto, como en casi todo, l@s que son elegid@s por el pueblo, para la gestión de lo público, se convierten en l@s verdugos de ese pueblo que los elige.
Infinitos son los ejemplos de los actos de Terrorismo empleados por los gobiernos y los estados contra sus propios pueblos, no son necesarios ejemplos concretos porque la lista sería interminable. Pero sí que hay una cosa, sobre la palabrita de marras, que es necesario aclarar porque no sólo es Terrorismo el empleo de la violencia y el terror para intimidar a un pueblo o a una sociedad en su conjunto.
El mayor acto de Terrorismo que padece la Humanidad es el de la DESIGUALDAD, que hace que un@s poc@s sean l@s dueñ@s de la mayor parte de la riqueza mientras la inmensa mayoría malvive, con salarios de supervivencia, o se mueren de hambre. Terrorismo es que haya seres humanos que mueren porque no pueden acceder a los medicamentos que les podrían curar. Terrorismo es investigar más para la muerte (fabricar armas, cada vez más sofisticadas y mortíferas), y no para hacer mejor la vida de tod@s. Terrorismo es la forma de actuar de los grandes monopolios empresariales en lo que al medio ambiente se refiere, pues les importan más los beneficios a corto plazo que el respeto por un hábitat que no solo es de los humanos, sino de tod@s l@s seres vivos que comparten el planeta con nosotr@s. Terrorismo es sentarse en los despachos y planificar las hambrunas de países a los que les interesa someter para quedarse con sus recursos. Terrorismo es matar a los pueblos en unas guerras que siempre, a lo largo de la historia, se han producido por motivos religiosos, luchas de poder entre bandos o bien por motivos económicos. Terrorismo es que cada año se deje morir a miles de personas, en el mediterráneo, que huyen de las hambrunas o de las guerras que hay en sus países. Terrorismo es que la Unión Europea, la de los “valores democráticos y el respeto de los derechos humanos”, haga políticas que hacen que las ONGs, que ayudan en el mediterráneo a l@s refugiad@s, hayan dejado de poder prestar esas ayudas. Terrorismo es que la Unión Europea firme acuerdos y pague al gobierno turco (que no respeta los derechos humanos) para devolver refugiad@s que luego se amontonan en Campos de Concentración. Podría seguir enumerando casos de terrorismos que se emplean desde cualquier ámbito de los poderes contra los pueblos, pero es demasiado larga la lista. Terrorismo son estas palabras del lumbreras del presidente del (des)gobierno español M. Rajoy: «El empleo de armas químicas son un crimen contra la humanidad». Con estas palabras nos ha querido dar a entender que las bombas que el gobierno que él preside vende a otros países, no matan. Estas palabras son un insulto a la inteligencia y de una falta de humanidad tremendas.
En España hubo Terrorismo de Estado, con los GAL, cuando gobernaba Felipe González (PSOE). Terrorismo es el robo descarado al pueblo español, llevado a cabo por el PP y el PSOE, los cuales tienen infinidad de imputad@s y condenad@s por ello. Terrorismo es rescatar a la banca española, regalándole sesenta mil millones de tod@s l@s españoles, mientras se dejaba a la misma quitar sus viviendas a l@s ciudadan@s, porque no podían pagar al haberse quedado sin trabajo, y encima tener que seguir pagándoles la deuda a dichos bancos: esa situación llevó al suicidio a algunas personas. Terrorismo es autorizar y vender armas, pero aun es todavía más grave el vender esas armas a países que no respetan a sus ciudadan@s y enciman las emplean para ir a eliminar a ciudadan@s de otros países.
Ahora voy a hablar sobre el Terrorismo hoy en España. Y lo hago porque lo que está ocurriendo actualmente, mayo de 2018, aunque viene de lejos y de años, es demasiado grave como para no hacerlo. A raíz de las demandas del pueblo de Cataluña, de su parte más progresista, sobre querer independizarse de España y de un Régimen que ya dura 80 años, porque no hay que olvidar que hubo cuarenta años de franquismo (verdadero acto de Terrorismo contra el pueblo español) y llevamos otros cuarenta de un Régimen, llamado del 78, que nos legó e impuso el dictador asesino Franco. Pues bien, desde el inicio de este proceso en Cataluña, el Gobierno del Partido Popular, herederos del franquismo, nos está retrotrayendo a los tiempos de la dictadura. El Gobierno se está saltando la ley, esa que tanto dice defender, contra todo y contra tod@s. Está empleando a las altas instancias de la judicatura, que son nombradas a dedo por los partidos políticos, las mismas que están para defender la ley, pero que no dudan en pasársela por el forro con tal de que no se ponga en riesgo la sacrosanta “Unidad de la Patria”.
Estamos asistiendo a situaciones cómicas si no fuera por lo peligrosas que son. Se están retorciendo y llevando la interpretación de las leyes a extremos que va a ser difícil poder explicar, y justificar, ante cualquier estudiante universitario que estudie leyes. La fiscalía del Estado ha rayado el ridículo cuando intentó imputar en el mes de abril, a una ciudadana catalana, por delito de terrorismo, y las pruebas del fiscal fueron unas armas de destrucción masiva como un pito de color amarillo, una careta con la imagen de una persona presa o unos tickets de compra de comida y bebida. Por suerte, un juez, con un poco de decencia y respeto a la ley escrita, la suelta porque es que no se sostenía la acusación con las pruebas presentadas. Lo único que había hecho esta persona era haber participado, en cortes de carretera, pidiendo la libertad de l@ pres@s políticos, de semana santa.
Pero el caso anterior es sólo una pequeña muestra de lo que el Partido Popular está haciendo en lo que ha recorte de libertades se refiere. Pero no hay que olvidar que tuvo un socio preferente, a la hora de reformar la Ley Antiterrorista, que fue Pedro Sánchez, secretario general del Partido Socialista “Obrero” Español. La Ley de Seguridad Ciudadana es otra arma contra la disidencia y el pueblo. España se está acercando, cada vez más, a lo que es un Estado Fascista. Todo esto también es terrorismo de un Estado contra su pueblo.
Mientras políticos corruptos y ladrones campan a sus anchas por las calles; mientras fascistas condenados están en libertad porque son cuñados de un ministro; mientras las bandas fascistas cometen actos violentos, y dicen lo que les viene en gana, y no les pasa nada; mientras un periodista de extrema derecha casi llama a cometer atentados contra ciudadanos e intereses de otro país; mientras el gobierno indulta a policías condenados por torturas; mientras estas, y otras lindezas, ocurren en España, resulta que a los ciudadanos de a pie se les puede detener, y se les detiene, por manifestar opiniones contrarias al gobierno y a los que sustentan el Poder; se encierra a cantantes porque sus letras no gustan a l@s polític@s del Régimen del 78 y al rey, que no hay que olvidar que viven muy bien gracias al pueblo. Se está tratando, con la complicidad de las más altas instancias de la magistratura y de los cuerpos represivos del Estado, de convertir a España en un país de ciegos, sordos y mudos y si no la paz de las prisiones o de los cementerios. Ahí es a donde quieren llevar a la sociedad, a no protestar, a conformarse con todo, a dejar que se la lleve a la más absoluta de las miserias, a que l@s ciudadan@s se tengan que ir fuera de donde viven porque la especulación inmobiliaria les está haciendo imposible poder pagar los alquileres (gracias al turismo), o los precios de compra de las viviendas, como consecuencia de los salarios de auténtica miseria que hay en España, esa que, nos dicen con todo el cinismo que les caracteriza, ha salido de la crisis.
En España l@s ciudadan@s, con tanta pasividad, estamos poniendo las bases para que nuestr@s hij@s y niet@s tengan un futuro más negro que el carbón. La cobardía y la pasividad se han instalado en la sociedad gracias al individualismo imperante. Hoy todo el mundo va a lo suyo, sin pensar que sólo podrá ser posible salvarse de toda esta ofensiva autoritaria pensando, y actuando, de forma colectiva. Somos una sociedad, no una individualidad, por tanto, nuestro pensamiento debe ir dirigido a luchar por el bien social de tod@s, pues en ello nos va el presente y el futuro. Tenemos la obligación de luchar por mejorar el presente para los que vengan detrás de nosotr@s, como otr@s hicieron antes de nosotr@s.
Por tanto, ha llegado la hora de volver a ponerse en pie y con la cabeza bien alta volver a ocupar las calles, que son nuestras y no de la policía y el gobierno de turno, y demostrar que no somos un pueblo cobarde y sumiso. Hay que acabar, de una vez por todas, con tanto chorizo y ladrón, que encima de robarnos nos quiere robar LA LIBERTAD Y LA DIGNIDAD. Sólo por eso ya vale la pena luchar, pues un pueblo sin ellas nos es NADA, sólo es una dócil manada de borregos a los que manejan a su antojo tod@s aquell@s que viven y sustentan este Sistema Social tan injusto y criminal que padecemos.