Bruno Servet

Dos acontecimientos recientes han puesto a la Iglesia Católica, Apostólica y Romana (ICAR) en el candelero de la actualidad. El primero hace referencia a las declaraciones de tres obispos españoles con relación a la Huelga General Feminista del pasado 8-M, y un segundo tiene como protagonista al Prior del Valle de los Caídos.
Antes de comentar las posturas de los obispos, y para que sirva de marco ideológico en el que se mueve la Iglesia con respecto a las mujeres, veamos lo que opina el apóstol Pablo (el que al caerse del caballo se le trastocó la chirimoya), el “padre” de la Iglesia Juan Crisóstomo y el fundador de la escolástica, el aristotélico Tomás de Aquino.
Empecemos por el primer gran dictador de la ICAR. Dos citas, de los Hechos de los Apóstoles, nos ponen en la línea de argumentación que la Iglesia, y sus obispos españoles, siguen dos mil años después. Pablo de Tarso, dirigiéndose a los feligreses de Corintio, recomienda que la Comunidad siga estas directrices en relación con las mujeres: “Como en todas las iglesias de los santos, las mujeres callen en las reuniones, pues no les está permitido hablar; antes bien, estén sometidas, como dice la Ley. Y si quieren aprender algo, que pregunten en casa a sus maridos, pues no es decoroso que la mujer hable en la asamblea/ecclesia”. Y en la Epístola I a Timoteo vuelve a la carga contra la mujer: “Que la mujer aprenda en silencio en entera subordinación. Pero no tolero que la mujer enseñe, ni usurpe la autoridad del hombre, sino que esté en silencio”. Con estos mimbres ¡qué tipo de cesto se puede construir! Pues que han elaborado a lo largo de los siglos: desprecio a la mujer, humillación y desprecio hacia todo lo que hace referencia al género femenino. Pero el apóstol de Tarso tuvo muchos y variados discípulos, entre ellos los antes mencionados. Podría traer muchas y extensas citas de Juan y Tomás, pero me voy a ceñir a dos muy breves. Veamos. Escribe Juan Crisóstomo: “Las mujeres están creadas para satisfacer la lujuria de los hombres”. En la actualidad hubiera dicho: “Para satisfacer las bajas pasiones de la “manada” en Pamplona”. Tomás de Aquino nos legó otra perla de su excelso pensamiento filosófico religioso: “La mujer vino a la existencia como ayuda del hombre, pero sólo como ayuda para la procreación”. Así que no nos tienen que sorprender las palabras de los obispos, como dice el refrán castellano “de tal palo tal astilla”.
Teniendo presente estos antecedentes históricos, relacionados con la visión que la Iglesia ha tenido y tiene sobre la mujer, veamos la realidad actual de la ICAR. Y ello teniendo en cuenta la postura de tres obispos españoles, uno de gran importancia porque es cardenal arzobispo de Madrid. Justamente las declaraciones de este cardenal fueron el detonante de otras a cargo de los obispos de Alcalá de Henares y del de San Sebastián. Ante la pregunta de un periodista de Europa Press, días antes de la Huelga General Feminista, que fue la siguiente: ¿Comprende y apoya a las mujeres que van a hacer huelga el 8 de marzo? El prelado Carlos Osoro, al que le cogió desprevenido dicha pregunta, pues estaba en la presentación de un libro dedicado al segundo sucesor del “santo” José María Escrivá de Balaguer (fundador del Opus Dei) contestó: “Lo comprendo, claro. Hay que defender sus derechos. Lo hace también, de hecho, la Santísima Virgen María”. El revuelo que se originó entre las filas de los ultraconservadores españoles fue tan grande, que el prelado jefe de los fieles de la diócesis de Madrid, tuvo que salir en los medios de comunicación para “aclarar” el sentido de sus palabras, pues no se entendía que un obispo apoyase las huelga feminista, cuando el partido en el gobierno (católico, apostólico y romano) de la católica España estaba, furibundamente, en contra de la huelga, aunque ésta fuese de dos horas de duración, como plantearon CC.OO. y U.G.T. (siempre al servicio de quienes les paga, poco tiempo de paro para que no se enfaden los que les sustentan el chiringuito sindical).
Las respuestas no se hicieron esperar, y tanto el obispo José Ignacio Munilla (San Sebastián) como Antonio Reig Plá (Alcalá de Henares), salieron a la palestra para dar su opinión sobre las palabras del cardenal y de paso dar su visión del tema de la mujer y su misión en la sociedad. Empiezo por el obispo de la diócesis de San Sebastián, ya que su postura, aunque retrógrada, no fue tan beligerante como la del prelado de Alcalá. El prelado Munilla dijo una frase que tuvo mucho eco en los medios de comunicación tradicionales y, sobre todo, en las redes sociales: “Es curioso como el demonio puede meter un gol desde la propias filas del feminismo”. Y digo yo, es muy curioso que ya no solo Dios (mediante sus representantes) esté preocupado por el tema de la huelga feminista, sino que hasta el mismo demonio intervenga de manera directa en conflictos de tipo laboral. Pero la causa de lo que pasa con las mujeres, según el eminente prelado de la ICAR, está en que la dominación del hombre sobre la mujer es debida al pecado original. De ello se deduce que cuando “Dios” echó del Paraíso Terrenal al hombre y a la mujer (Adán y Eva, tampoco se llamaban así), le dijo a Adán, en castigo de lo hecho por Eva, desde hoy podrás insultarla, humillarla, silenciarla, manipularla, e incluso, sino no se porta bien, asesinarla, que eso le está bien empleado por haberse atrevido a probar la manzana que le ha dado la serpiente. Y así durante siglos y siglos. ¡Qué bonitas, qué ejemplares las palabras de un “Dios” infinitamente bueno y misericordioso! Y después de todo esto nos extraña que la Inquisición actuara contra las mujeres (les llamaban brujas) de la brutal manera que lo hizo durante siglos.


La postura y las declaraciones del obispo de Alcalá de Henares merecen mención aparte. Este obispo es conocido como el azote de los defensores de la memoria histórica. Sus declaraciones siempre han levantado ampollas en las Asociaciones que se preocupan de las víctimas de la Guerra Civil y del Franquismo, de quienes aún quedan en las cunetas y otros lugares. Este personaje de la élite eclesial es un redomado y delirante homófobo y sexófobo, es como el perro del hortelano, que ni hace ni deja hacer. ¿Qué sabe de sexo? ¿Qué sabe de embarazos no deseados? ¿Qué sabe del drama de la violencia de género? Tal vez pueda saber de pedofilia, como tantos de sus colegas sacerdotes, pero del drama de las mujeres ni por asomo. Dijo con toda la cara dura que tiene, que no se puede apoyar una huelga que pide, “aborto libre, seguro y gratuito”, que también pide el “pleno reconocimiento de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres”; pero qué tienen que decir quienes ni practican sexo ni engendran seres humanos”. Ellos si algo hacen son “pajas mentales” para embaucar a los pobres ignorantes voluntarios que se dejan engañar.
Y los tres ponen como ejemplo de mujer a la Virgen María. Otra que tal baila. No tuvo contacto carnal con hombre alguno, porque la dejó embarazada el Espíritu Santo. No tuvo dolores en el parto, porque su hijo nació por arte de “magia potagia”. Fue despreciada por su hijo cuando intervino en las Bodas de Canaá, según sus propias mentiras evangélicas. Así que como madre, nada, como esposa, a las órdenes del “Espíritu”, y como mujer, ninguneada. Es decir, un verdadero desastre como ejemplo de lo que tenía que haber sido una mujer de verdad. Todo lo demás, elucubraciones interesadas de los hombres, sobre todo, de quienes se pusieron al servicio de Constantino para engendrar el Cristianismo allá por el año 303-313. Termino este apartado haciendo mención a la comunidad que más se ha significado de manera negativa con relación al Día Internacional de la Mujer, por su nefasta campaña sobre el feminismo. La Rioja sonrojó a propios y extraños con una vergonzante campaña en que de manera sutil les decía a las mujeres lo que tenían que hacer, decir y cómo tenían que actuar. Pidiendo que las mujeres cuidasen su comportamiento ya que este genera machismo (es decir “mansplainning” en toda regla). Tuvo que ser retirada, ya que una parte de la sociedad riojana se opuso frontalmente a sus mensajes machistas. En el Día Internacional de la Mujer, en los diferentes carteles aparecía la palabra hombres, sin nombrar para nada a las mujeres. No extrañó a nadie, ya que el Gobierno tiene profundas raíces conectadas con el Opus Dei.
Dejo la última parte de este artículo para comentar, aunque sea brevemente, el segundo tema por el que la ICAR ha estado en las primeras páginas de los medios de comunicación a principios del mes de marzo. El Prior de la Abadía Benedictina que regenta el Valle de los Caídos, Santiago Cantera, se ha negado al ir al senado para dar explicaciones sobre su postura relacionada con la exhumaciones en dicha instalación de propiedad estatal, y que pertenece al Patrimonio Nacional.
Se dice desde el Gobierno, cuando le interesa, que las leyes están para cumplirlas. Sobre todo si de Cataluña se trata. Pero cuando la ley afecta a uno de los poderes fácticos, entonces, la cosa cambia radicalmente. Esto está ocurriendo con el Prior del Valle de los Caídos. El prior benedictino no solo se niega a obedecer las sentencias judiciales que le obligan a permitir la exhumación de víctimas del franquismo enterradas en el complejo, sino que tampoco permite la entrada a los técnicos de Patrimonio Nacional, que es el verdadero propietario del conjunto monumental donde se aloja, el cual destina, para más inri, a su abadía la nada despreciable cantidad de 340. 000 euros de las arcas públicas.
Las pretensiones de los abades del Valle de los Caídos de ser la única autoridad en el complejo monumental franquista no son recientes. Ya en 1976, Patrimonio Nacional alertó del afán de la Comunidad Benedictina de pretender ser ella la única que represente, administre y dirija en todos los aspectos el Patronato de la Fundación de la Santa Cruz del Valle de los Caídos. Ya el almirante Carrero Blanco tuvo una agria correspondencia con el abad de la época, el cual exigía no solo dinero sino reconocimiento de sus privilegios. Los benedictinos gestionan los beneficios que se derivan de la explotación comercial de la cafetería, el restaurante y la hospedería. El Estado por su parte corre con los gastos de mantenimiento y conservación. El Prior, por su parte, señala que es una injerencia en el derecho de libertad religiosa y un desatino. Para él, tanto los estudios de los técnicos del Estado como las posibles medidas de exhumación pueden constituir un sacrilegio. Porque pueden atentar contra la sacralidad de reliquias de beatos y mártires. No se acuerda de cuando ellos contribuían a matar a cientos de miles de personas en nombre de su Cruzada. Eso no era un brutal sacrilegio contra la dignidad de las personas. Para él, sólo sus muertos merecen respeto. Según el abogado de las familias de las víctimas del franquismo, en unas declaraciones recientes ha llegado a afirmar: “mucho me temo que el Papa Francisco acabará pidiendo disculpas por los abusos cometidos en el Valle de los Caídos”. Ellos, que tanto abogan por cumplir la ley, no solo no lo hacen sino que se pasan por el “arco del triunfo” a los representantes de la ciudadanía, al no acudir a dar explicaciones en el Senado español. En el Valle de los Caídos, nada menos que 22.000 víctimas de Franco descansan junto a su verdugo. Ha tenido que ser el presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), el que “casi” obligara al Prior a dar marcha atrás en su postura y autorice las exhumaciones que ordena las sentencias favorables, al levantar el recurso contra las exhumaciones. Y termino con unos elocuentes datos. Las “goteras” y el mantenimiento del Valle de los Caídos han costado a la ciudadanía, en los últimos cinco años, 1,8 millones de euros. El Valle de los Caídos ha generado un déficit público de 2,56 millones de euros entre 2014-2016. El mausoleo del sanguinario dictador (1939-1975) Francisco Franco Bahamonde generó gastos por valor de 6,4 millones de euros. Todo, como siempre: ¡los pingües beneficios

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