T. P.

Hace unos días yo había decidido no escribir textos ni poesía sobre política. La política cambia de minuto a minuto, pero en realidad, el imperialismo de los Estados Unidos, sobre los países latinoamericanos y africanos no cambia para nada. Y ahora, más que nunca, el emperador Donald Trump, quien habla por los codos, ha soltado una que ha provocado comentarios en todo el mundo. Uno enciende la televisión y ahí está: “no estamos para recibir inmigrantes de los países shithole(s) como Haití y los de África” dijo el Presidente de EE.UU.
Hay que responder a eso con sencillez para que su pobre mente lo entienda: esos países pobres que exportan su gente son los mismos en los cuales los Estados Unidos roban sus riquezas y echan la mierda del imperio en pagamento.
Lo que hay que considerar es que el Presidente no habla sólo y por sí mismo: él habla por mucha gente del pueblo norteamericano, principalmente por los “supremacistas blancos”, a quienes defiende siempre que puede.
Conozco bien esta historia. Yo entré en los Estados Unidos con pasaporte diplomático, el cual he cambiado más tarde por uno de turista. Pero en realidad, he entrado con una mentira: jurando que no era comunista. La ironía en cuestión es justamente esta: vine por exiliarme voluntariamente durante la dictadura militar en Brasil. Pero Brasil tiene todavía el repeto del “emperador”, tal vez por el tamaño de su comercio.
Llamar el Continente Africano “shithole” es una herejía. Es olvidar que de África han venido los trabajadores que, con sus brazos y su heroismo, han construido toda América. Es desconocer que Sudáfrica es de los más adelantados del mundo respeto a resolver los conflitos raciales, pues Mandela ha inspirado, con su política de reconciliación, a millones de blancos europeos y americanos. Y África tiene grandes poetas. Una que me gusta citar es Amelia Dalomba, nacida en Sao Tomé e Príncipe, pero vive en Angola. De su lavra son los versos sobre África:

Hoy me he despertado con el sol
y la esperanza de vivir libre…
He cogido en las manos frías
el calor del astro
mientras mis cabellos enblanquecen…
y con ellos mis sueños
en el futuro de África.
                              Amelia Dalomba

Haití tiene una historia muy diferente por estar cerca de los Estados Unidos. En febrero de 2004, Bush, siendo presidente en los Estados Unidos, patrocinó un golpe de estado en Haití contra el presidente Aristide. .El interés de los republicanos en Haiti es muy fácil de explicar. Haití se ha transformado en el campo de producción de mano de obra barata para la economía americana. Desde la compañía Disney hasta las fábricas de pañales, camisas y pantalones, todo lo que se vende barato en los Estados Unidos está hecho en “Sweat Shops” (fábricas de sudor) en China, México, Panamá, Corea, y entre varios otros países, Haiti. Un presidente liberal tipo “Aristide”, que ofrecía la libertad de concientizar all trabajador, para que no se dejara explotar, no era bien visto por los republicanos, quienes son, en su mayor parte, sobornados por los dueños de las “Sweat Shops” (fáfricas de Sudor).
Esta falta de respeto por el país tiene mucha historia… Ahora, las palabras de Trump la revigoriza, tratando el país de “Shithole”.
* Traducción: Culo de mierda.

 

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