Por más años que suma mi cuerpo y mi mente no dejo de interrogarme sobre la actitud y la conducta de las gentes de esto que llaman país, que es España. Antes, y durante, la guerra civil española (en realidad la única Revolución Social surgida de las entrañas de la clase trabajadora y hecha por ella) la clase trabajadora fue capaz de luchar contra aquella sociedad que no les gustaba, porque los explotaba, los mantenía en la ignorancia, los hacía vivir como animales y le había despojado de todos sus derechos, y se puso manos a la obra, afiliándose mayoritariamente a la Confederación Nacional de Trabajo (CNT), luchando por revertir aquella penosa situación que padecía por una sociedad que en sus mentes llevaban como recambio de la que padecían. Los militares fascistas y la Iglesia Católica, que se habían levantado contra el gobierno republicano salido de las urnas, ganaron la guerra, principalmente gracias a la pasividad (“no intervención”) del resto de las “democracias” europeas y mundiales; gracias, también, al apoyo del gobierno fascista de Mussolini y del régimen nazi, que luego les tocó padecer a tod@s l@s ciudad@ns de todas aquellas “democracias” que decidieron no ayudar a un gobierno democráticamente elegido frente a un golpe militar fascista, y que desoyeron al pueblo español cuando les decían que después de España iría toda Europa, y como no, también, gracias a un Partido Comunista que hizo todo lo posible, por orden de Moscú, por aplastar la Revolución Social que, paralelamente a la guerra, l@s trabajadoras/es habían puesto en práctica, y a ello colaboró un Partido Socialista Obrero Español que, como siempre, actuó cobardemente y cayó en las garras de los comunistas.
Luego vinieron cuarenta años de nacionalcatolicismo fascista y se instauró el régimen de la paz de los cementerios, aunque no por ello se dejó de luchar contra el franquismo. Muerto el dictador se instauró un régimen que él había dejado atado y bien atado, imponiendo una monarquía que previamente le había jurado lealtad a los Principios del Movimiento Nacional. Con desespero, la mayor parte de to@s aquell@s fascistas se montan en el carro de la nueva “mal llamada democracia” para seguir viviendo y manejando las instituciones del país. A ell@s se suman todos l@s “demócratas de nuevo pelo”, entre ell@s los partidos históricos de la izquierda y liquidan aquel régimen de la paz de los cementerios con un pacto para no pedir responsabilidades por el golpe fascista, el millón de muertos en la guerra y por los cientos de miles de ciudadan@s enterrad@s en fosas comunes y en las cunetas de las carreteras. Esa es la madre del cordero, el perdón sin pedir responsabilidades que le hacen al franquismo. Ya no importaban tod@s sus compañer@s asesinad@s, lo importante era asegurarse una silla en el nuevo régimen impuesto por Franco, y vaya si les fue bien la silla.
Durante aquella mal llamada “Transición” del franquismo a más de lo mismo, la clase trabajadora parece que volvió por sus fueros y luchó por mejorar sus condiciones de trabajo, sus barrios, por unas escuelas públicas y de calidad, y por todo un sinfín de mejoras más. Pere hete aquí que el pueblo encumbra a los socialistas (PSOE) al poder y, ést@s, en vez de hacer honor a la O de Obrer@s, se dedicaron a liquidar infinidad de industrias y sectores de producción, a hacernos socios de la OTAN, a hacer reformas laborales contra l@s trabajadoras/es, a emplear el Terrorismo de Estado (GAL) y a todo un sinfín de lindezas más. También es verdad que hicieron algunas cosas positivas de cara a la sociedad, todo hay que decirlo, con las que siempre se intentan lavar la cara cuando se les acusa de las cosas mal que hicieron. En esa época se integra de golpe al pueblo español en una sociedad de consumo para la que no estaba preparado, pues hizo en un plis plas lo que el resto de Europa y el mundo había hecho paulatinamente durante cuarenta años. Y aquí, creo, es donde comienza el mal que nos aqueja, que no es otro que la pérdida del sentimiento de clase (trabajadora y de pueblo) y la adscripción a eso que al sistema tanto le gusta, que no es otra cosa que la división de la clase trabajadora y la sociedad en trabajadoras/es y en “clase media”, que es como una cierta aristocracia en el mundo del trabajo, cuando en realidad, si se pensase sólo un poquito, nos daríamos cuenta que, al final, para los capitalistas significa lo mismo, mano de obra susceptible de despido cuando sobra. Toda esta situación descrita hasta ahora sólo ha servido para fomentar un individualismo cada vez más gran
¿Qué pasa en España?
Libertad García Montilla
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de; una pérdida del sentido crítico que toda mente pensante debe sustentar, una pérdida del sentido de pensar colectivamente y un total desinterés por todo aquello que nos rodea y nos interesa porque afecta a nuestra vida diaria.
Y ahora llegamos al momento que vivimos y padecemos. Que es cuando viene el momento de las interrogaciones. ¿Cómo es posible que se sucedan en el poder, uno tras otro, aunque uno más que el otro, gobiernos del Partido Popular o del Partido Socialista Obrero Español, repletos de casos de CORRUPCIÓN, y todavía la gente los sigue votando; será por aquello que se dice de “que las masas son como borregos, que se les conduce por dónde se quiere”? Al final va a parecer que ese dicho está cargado de razón, porque al pueblo español ya, prácticamente, no queda nada peor que hacerle.
Más de lo que se ha robado ya es casi imposible. El gobierno del Partido Popular es el más corrupto de toda Europa, no hay parangón en la historia europea de ello, y, sin embargo, parece que no va con ell@s. Rajoy vive en los mundos de yupi, y bajo su manera de ver y ser él lo hace todo por el bien de l@s españolas/es. Y parece que en ello tiene razón, pues el pueblo español vive, como Rajoy, en los mundos de yupi también. A este pueblo no le importa que lo engañen a diario; ni que tenga que pagar el rescate de los bancos (miles de millones), ni que le hayan vaciado la hucha de sus cotizaciones a la Seguridad Social para luego poder cobrar la jubilación; ni que tengan que pagar en los recibos de la luz y del gas los fraudes que hacen empresas y gobierno en materia de energía; que se nombren a personas, a dedo, para cargos públicos cuando éstos son unos corruptos; que la justicia esté manejada por los partidos y gobiernos corruptos; y, así, un largo etcétera de despropósitos llevados a cabo por Gobierno y Patronales. Y aquí estamos, como si todo eso no fuera con nosotros. Cuando paseo por la calle me doy cuenta la cara de tont@s que, desde hace mucho tiempo, se nos está poniendo. Y lo peor es que no se vislumbra ningún cambio. L@s jóvenes, que siempre han sido el motor de arranque para la protesta, ya no viven en los mundos de yupi, más bien parecen que habitan en otra Galaxia. Ell@s, que tienen su futuro por delante, ni se inmutan ni se paran a pensar en ello. Parece que van a tener a sus papás siempre ahí para que les saquen las castañas del fuego, y no se dan cuenta que sus castañas son suyas y nada más que suyas.
Hora es ya de que l@s trabajadas/esr y ciudadan@s reaccionen ante tantas canalladas y tanto canalla y recuperen la dignidad, perdida por la desidia y en los brazos del consumismo más atroz y criminal, y recuperen, también, la conciencia adormecida que les acompaña en su vida diaria y que permite que l@ss viv@s de turno, los que nos “desgobiernan”, hagan y deshagan a su voluntad y antojo.
HORA ES YA DE REACCIONAR, DE LUCHAR Y DE OCUPAR LAS CALLES HASTA QUE NO VAYAN A LA CÁRCEL, PARA QUE LES SIRVA DE EJEMPLO A L@S SIGUIENTES, TOD@S AQUELL@S QUE NOS HAN LLEVADO A LA SITUACION SOCIAL EN LA QUE VIVIMOS. Y PADECEMOS

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