Hace poco recibí un e-mail de un compañero en el que me decía los siguiente: “Rafa, hazme un favor, deja de escribir en la revista las paranoias que estás escribiendo. De verdad, qué cansino es leer tonterías de ese calibre. Cuídate, un abrazo”. Inmediatamente le respondí lo siguiente: “Lo que es cansino es el tener que estar siempre luchando contra los intentos de querer hacer de la CNT una organización reformista”. Un abrazo. Rafa”.
Después de llevar militando en la CNT desde finales de 1976, esta nueva situación por la que atraviesa la Organización confederal a mi entender es, a muy corto plazo, la más grave y peligrosa de todas las que hemos tenido que afrontar en estos cuarenta años, pues en las anteriores se toparon con unos sindicatos y una militancia suficiente y capaz de hacer frente a aquellas situaciones; hoy la situación ha cambiado porque la relajación de much@s militantes con respecto a lo que sucede es evidente y, también, hay que reconocerlo, porque a veces no estamos a la altura que la Organización requiere. Desde el primer momento que la CNT se reconstruye esta ha ido sufriendo intentos de desviarla de su esencia ANARCO-sindicalista. En la misma ingresaron trabajadoras/es, de todas las tendencias habidas y por haber, que a lo largo del tiempo intentaron, cada una de ellas, llevarla por el camino que ya traían trazado al ingresar en la misma. Todas estas tendencias fueron rechazadas una tras otra, pero, en el tiempo, las mismas sólo hicieron que las mujeres y los hombres de la CNT, l@s que realmente lo eran en cuerpo y pensamiento, sólo estuvieran pendientes en defender y salvaguardar las ideas que, l@s compañer@s que habían conseguido hacer la única Revolución surgida de las entrañas de la clase trabajadora, nos habían transmitido en herencia para que la misma continuara en el tiempo y pudiera seguir siendo la mejor arma de lucha de la clase trabajadora. Nuestra tarea prácticamente sólo ha sido de defensa, poco tiempo hemos tenido para hablar de hacer y construir. Cada etapa que hemos superado ha sido precedida por muy poco tiempo de tranquilidad, pues los enemigos del ANARCO-sindicalismo, siempre al acecho, no han dado tregua y han vuelto a la carga. Y ahora, estamos en las mismas.
No voy a volver a insistir en lo ya escrito en número anteriores de Orto, ya está dicho. Pero si quiero dejar claro que lo dicho no es fruto, como dice el compañero, de ninguna paranoia. Y no lo es porque lo que está ocurriendo, desde hace unos años para acá, dentro de la CNT es intolerable desde una óptica ANARCO-sindicalista, y l@s que no lo quieran ver que se miren su ceguera o bien que se quiten las caretas y digan a las claras sus ocultas intenciones. Ya basta de hipocresía, ya basta de mirar para otro lado, ya basta de soltar discursitos de estar en contra de las expulsiones cuando ya hay muchos Sindicatos que han sido expulsados saltándose la normativa orgánica, otros muchos que se han ido asqueados antes de dar la oportunidad de que puedan ser expulsados. Ya basta de tener miedo a ese rodillo autoritario e inquisidor que se ha instalado dentro de la Organización confederal. Ya basta de aceptación de acuerdos y comisiones de investigación que ningún Pleno Confederal de Regionales, máximo órgano de toma de decisiones entre Congresos, ha tomado. Ya basta de que las Plenarias asuman y tomen acuerdos que competen al conjunto de toda la Confederación. Todo esto es así, y quien no lo quiera ver o está ciego o tiene algún interés oculto.
La hora actual es la más grave por la que atraviesa la CNT desde su reconstrucción. Sabemos que quien, o quienes, están detrás de toda la situación creada dentro de la CNT están en una posición de fuerza para hacer de la CNT una organización más realista con el mundo actual e integrada en el Sistema. Siendo lo que somos, da igual, llevan proponiendo y sacando adelante proposiciones que nos acercan, cada vez más, a una organización que se prepara para entrar dentro del Sistema. A ell@s nos les interesan sindicatos pequeños que, ideológicamente, hacían de trinchera ideológica contra sus reformistas propuestas. La prueba la tenemos cuando estudiamos, por ejemplo, que el tema de la desaparición de los sindicatos de Oficios Varios ya hacía varios Congresos que lo venían proponiendo, y por fin, en el último Congreso, han conseguido sacarlo adelante. Compañer@s, nunca hemos de infravalorar a l@s enemigos del ANARCO-sindicalismo y del anarquismo, no se cansan ni desfallecen, tienen la paciencia de saber esperar su momento, en cuanto ven un momento de debilidad interna vuelven a la carga, y en esas estamos. Ya han conseguido lo que la CGT intentó en su momento, que es crear una AIT paralela que se ajusta a su medida y ocultas intenciones, pues aún no se han atrevido a quitarse la careta, y dejar su discursito seudoanarcosindicalista, para decir a las claras cuáles son sus planes para la CNT. Sabemos que sólo les interesa su historia y su patrimonio, pues su ideología a ell@s no les dice nada.
Compañer@s, hay, de una vez por todas, que fijar posiciones dentro de las ideas libertarias y de la CNT. Bata ya de escudarnos en el miedo a las expulsiones y las divisiones. Hay compañer@s a l@s que conozco desde hace muchísimos años que están defendiendo unas posiciones que nada tienen que ver con toda su trayectoria anterior. Y a ell@s le digo que es preferible una CNT pequeña pero ideológicamente fuerte, que no una CNT muy grande pero que ideológicamente no tenga nada que ver con aquella Organización creada por los anarquistas como instrumento de lucha para la clase trabajadora. Vale más ser poc@s pero honrad@s. La CNT es un arma de defensa obrera perfecta, por eso, desde siempre, han intentado hacerla desaparecer o atraerla hacia el Sistema, cosa que, hasta ahora, no han conseguido, pues a la CNT sólo es desde dentro que se la puede destruir o cambiar. Y, ahora, compañer@s, estamos en esa tesitura, o reaccionamos o será demasiado tarde y luego no habrá tiempo para lamentaciones inútiles y estériles. Por eso hay que hacer una revolución interna desde los Sindicatos, echando imaginación, para combatir, a los enemig@s que dentro de la Confederación llevan muchos años agazapados y que ahora, prácticamente, hace y deshacen a su antojo.