Miguel Correas Aneas

Otros instrumentos

Con este artículo doy por finalizado, de momento, mi aportación al conocimiento de lo que se conoce actualmente como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad: El arte flamenco. Queda un tema que no se ha tratado, entre otros, que podría desarrollar extensamente, ya que el tema lo requiere, y es el siguiente: Nuevas Tendencias/ El Flamenco en la Actualidad.

Siguiendo lo escrito en el artículo anterior, voy a hablar sobre aquellos elementos que también intervienen en el Flamenco.  LOS PITOS: son chasquidos de los dedos, en chasquear los dedos medio y pulgar de las dos manos, con ello se consigue un maravilloso intercambio de ritmos y contrarritmos. No es nada fácil, sobre todo en lo tocante a la mano izquierda. Es tanto así, que he visto a muy pocas personas que lo hagan, y que lo hagan con cierta perfección, y con la fuerza suficiente para ser oída de manera adecuada, ya que los dedos son un instrumento que no tienen la potencia de las manos, de la guitarra, el cajón, etc. LOS CHASQUIDOS CON LA LENGUA: muchos son los que afirman que estos chasquidos son un método artificioso, y que no tendrían que ser utilizados en el acompañamiento del baile. Es un sonido muy similar al de los pitos, hay bailaores que utilizan esa técnica “secreta y falsa”, sólo un experto puede descubrir el truco. A mí personalmente me gusta utilizar el chasquido de la lengua, pero sólo cuando acompaño al cante con las palmas en tono grave.

EL TACONEO: se realiza golpeando el suelo con el tacón y la suela del zapato, a veces se utiliza en demasía, con ello se pretende lograr una mayor expresividad. Hay, pues, dos tipos de taconeo, el que realizada el bailaor o bailaora y el que realizan cantaores, guitarristas, palmeros, y quienes participan en el ritmo de la actuación. Cuanto más rítmico y vivaz sea el cante o baile, mayor será utilizado este elemento de acompañamiento. GOLPES CON VARA O BASTÓN: a la vez que el taconeo, se utiliza un bastón o una vara para marcar los tiempos del compás golpeándolos contra el suelo. He de reconocer que jamás he visto en directo hacer dicho acompañamiento, sí en algún video grabado hace tiempo, en alguna fiesta gitana. Es un hecho que ejecutaban los cabales cuando participaban en alguna juerga flamenca.

Continúo con otros elementos del acompañamiento. GOLPES CON LOS NUDILLOS: para ello es interesante traer a colación una cita del gran flamencólogo Ricardo Molina: “El ritmo intenso o estructural, intrínseco al cante mismo, esto es, a la voz cantora, se marca con los nudillos sobre la mesa, con las palmas, con un bastoncito o con el pie”. Así pues, los golpes con los nudillos  forman parte de un tríptico simultáneo: nudillos, golpes de vara o bastón y los pies. Se golpea la mesa con el puño cerrado, con un redoble de los dedos de la mano, con un despliegue ordenado y armónico con una cadencia rápida y vibrante. Depende de la técnica utilizada sirve para los cantes festeros o los básicos (martinete al golpe, soleá, seguidillas, en las reuniones de los cabales).

Aún quedan varios instrumentos por describir, así que voy a tratarlos de manera muy resumida. EL YUNQUE: hay cantes con guitarra y sin guitarra. Estos últimos son llamados cantes a paloseco como la toná, la carcelera, la debla o el martinete. Son cantes patéticos en que la voz desolada del cantaor se queda sola. Desde hace unos años se ha incorporado, al martinete, el martilleo del yunque con una cadencia monótona, es una mistificación artificiosa, superficial y turística. El antes mencionado Ricardo Molina dice al respecto: “El cantaor depurado no acusará el compás con pies ni manos, sino con el cante, expresado rigurosamente. Por ello los martinetes suenan tan artificiales cuando se les yuxtapone el acompañamiento teatral del yunque, buscando con ello efectismo”. VIOLÍN Y PANDERETA: instrumentos habituales en múltiples manifestaciones de música cíngara. Los gitanos españoles no los han incorporado nunca a los cantes flamencos genuinos.  Se utilizan en ciertos cantes (verdiales…) y bailes de carácter folclórico/regional, derivados del fandango, frecuentes en los cantes de Málaga. CASTANÑUELAS Y CRÓTALOS: las castañuelas españolas actuales puede que tengan su origen en los antiguos crótalos, habituales en las bailarinas gaditanas fenicias llevadas a Roma para realzar las fiestas del Imperio. Los crótalos eran de mayor tamaño que las castañuelas actuales, se hacía de metal, barro cocido y madera. Se enlazaban con un cordel o cinta, igual que las castañuelas actuales. Se dice que los bailaores y bailaoras de verdad tienen que tener las manos libres para exteriorizar con ellas su lenguaje, extraordinariamente expresivo.

Voy terminando, con esta última entrega,  con dos breves apartados. CASCABELES, SONAJAS, TAMBORIL Y FLAUTA y BOTELLA DE ANÍS Y ZAMBOMBA: Los cuatro primeros sirven para acompañar los cantes y bailes con más o menos flamencura. Frecuentes en Málaga y en Huelva. Para villancicos se utiliza un instrumento musical rudimentario como la botella de anís y una cuchara, lo cual produce un sonido monocorde. A modo de eco que todo lo envuelve, parecido al bajo en el “jazz”, está la zambomba, con un sonido áspero y opaco. Desearía recordar, cuando termino esta serie de artículos dedicados al Arte Flamenco,  a mi tía María, la hermana menor de mi madre, Encarnación, que tocaba con una gracia y una perfección inigualable la zambomba en las noches de Navidad en la barriada barcelonesa de Roquetas. Estábamos toda la noche cantando y bailando, dormíamos por turno y así hasta el amanecer. Mi prima hermana Carmen cantaba de maravilla, así como mi hermano Antonio, el cual cantaba por Pepe Marchena de manera sobrecogedora, y,  finalmente, mi tío Miguel,  lo hacía por El Malagueño, con una dulzura insuperable. De ellos he conservado mi amor profundo y sincero hacia el Cante Hondo. Espero que os haya sido de utilidad lo escrito sobre el Flamenco. ¡eleee! ¡arsa! ¡asuquiqui!. Hasta pronto.

 

 

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