Miguel Correas Aneas
La primera pregunta que viene a la cabeza cuando se habla de inteligencia artificial es: ¿Qué es lo que se conoce, de manera abreviada, por IA? Después vienen otras que son más concretas: ¿Es beneficiosa o perjudicial para la sociedad en su conjunto? ¿Cómo nos afecta y afectará en nuestro quehacer diario? ¿Qué implicaciones tendrán en el mundo laboral y en otros ámbitos de la sociedad: información, educación, sanidad, puestos de trabajo, creación artística, propiedad intelectual, y así un largo etcétera?

Por lo tanto, para dar respuesta a la pregunta genérica se puede decir que la Inteligencia artificial (IA) es: “La habilidad de una máquina de presentar las mismas capacidades que los seres humanos, como el razonamiento, el aprendizaje, la creatividad y la capacidad de planear actividades de todo tipo”. En el contexto de las ciencias de la computación, es una disciplina y un conjunto de capacidades cognitivas e intelectuales expresadas por sistemas informáticos o combinaciones de algoritmos cuyo propósito es la creación de máquinas que imiten a la inteligencia humana. Por otro lado, la inteligencia artificial se desarrolla en una variedad de subcampos. Que abarcan diferentes áreas de ámbito general, aprendizaje y percepción, a otras más específicas como el reconocimiento de voz, el juego de ajedrez, la demostración de teoremas matemáticos, la escritura poética y el diagnóstico de enfermedades. La IA sintetiza y automatiza tareas que en principio son intelectuales humanas. La inteligencia artificial se encuentra en constante evolución gracias al desarrollo de tecnologías como el aprendizaje profundo, redes neuronales y procesamiento del lenguaje natural, lo que permite un avance muy acelerado en su capacidad para resolver problemas complejos.
La inteligencia artificial la utilizamos en nuestro día a día en aplicaciones como las compras por internet y la publicidad, las búsquedas en la web, como asistentes personales digitales, traducciones automáticas, en los termostatos inteligentes de nuestras casas para ahorrar energía, la regulación del tráfico terrestre y aéreo, los vehículos de conducción automática (que detecta situaciones peligrosas y accidentes), la lucha contra los ciberataques, en las cámaras termográficas instaladas en los aeropuertos, en la infección de tumores a partir de la tomografía computarizada y la propagación de la enfermedad, lucha contra la desinformación y detectar las noticias falsas. Y de manera más general en: salud, transporte, manufacturas, comida y agricultura, administración pública y servicios, entre otros muchos campos de la sociedad actual, tan compleja y expuesta a riesgos de todo tipo, aunque como veremos también aporta ventajas y beneficios de toda índole.
La expresión “inteligencia artificial” fue acuñada formalmente en 1958 durante la Conferencia de Dartmouth, hubo muchas definiciones, pero al principio no fueron aceptadas por la comunidad investigadora en su totalidad. La IA es una de las disciplinas más recientes junto con la genética moderna. Las ideas más básicas se remontan a los antiguos griegos. Aristóteles (384-322 a. C.) fue el primero en proponer un conjunto de reglas que describen una parte del funcionamiento de la mente para obtener conclusiones racionales. Pero fue Ctesibio de Alejandría (250 a.C.) quien construyó la primera máquina autocontrolada, un regulador del flujo del agua (racional, pero sin razonamiento). No fue hasta el año 1315, cuando Ramón Llull, en su libro Ars magna, tuvo la idea de que el razonamiento podía ser efectuado de manera artificial.
Ya en la edad moderna fue Augusta Ada Byron, condesa de Lovelace (matemática y escritora), hija del poeta Lord Byron y de Anna Isabella Noel Byron, que previó la capacidad de las máquinas para ir más allá de los simples cálculos y aportó una primera idea de lo que sería el software. En 1912 Leonardo Torres Quevedo, desarrolló un autómata capaz de jugar al ajedrez. En 1936 Alan Turing diseña formalmente una Máquina universal que demostró la viabilidad de un dispositivo físico para implementar cualquier cómputo definido formalmente. En 1943 Warren Mc Culloch y Walter Pitts,
presentaron su modelo de neuronas artificiales, el cual se considera el primer trabajo de campo, aun cuando todavía no existía el término. Los primeros avances importantes comenzaron a principios del año 1950 con el trabajo de Alan Turing, a partir de lo cual la ciencia ha pasado por diversas situaciones. A finales de la década de 1950 y comienzos de la de 1960 Robert K. Linsay desarrolla “Sad Sam”, un programa para la lectura de oraciones en inglés y la inferencia de conclusiones a partir de su interpretación.
La inteligencia artificial (IA) ofrece múltiples ventajas a la sociedad, muchas de las cuales ya comienzan a hacerse evidentes. Una de las principales áreas beneficiadas es la educación, ya que permite que las clases sean más dinámicas y comprensibles, facilitando el aprendizaje y promoviendo un pensamiento más autónomo en los estudiantes. A pesar de sus beneficios, la IA presenta algunas desventajas. Una de las principales preocupaciones es la pérdida de empleos, ya que algunas profesiones se han visto afectadas, como los diseñadores gráficos, analistas financieros y matemáticos, cuyos trabajos pueden ser remplazados por sistemas automatizados.
Uno de los temas más problemáticos, con respecto al uso de la IA, es la batalla relacionada con la regulación de los gobiernos hacia esta nueva disciplina científica. Si es muy restrictiva puede impedir el avance investigador, y si es muy permisiva puede ser perniciosa para el conjunto de la sociedad. Ya que he hablado del tema educativo, anteriormente, voy a desarrollar más ampliamente el tema, ya que he sido durante más de 35 años el ámbito donde he realizado mi vida laboral. La normativa para la utilización de la IA, en el entorno educativo, tiene como objetivo regular el uso de la inteligencia artificial en el aula. La IA ha experimentado un rápido desarrollo y se ha convertido en una herramienta potencialmente beneficiosa para mejorar la enseñanza y el aprendizaje. No obstante, la implementación plantea desafíos éticos, de privacidad y equidad que deben ser abordados de manera efectiva. La normativa se establece en respuesta a la necesidad de garantizar que la IA se utilice de manera ética, responsable y equitativa en el ámbito educativo. Los objetivos de esta normativa son: a) Promover el uso de la IA como herramienta complementaria en el proceso diario de la enseñanza y el aprendizaje, b) Garantizar la protección de datos y la privacidad de los estudiantes. c) Fomentar la equidad y la inclusión en el acceso y el uso de la IA. d) Establecer principios éticos que rijan el uso de la IA en el aula. d) Definir responsabilidades y procedimientos claros para el uso de la IA.
El uso de la IA en el entorno educativo debe regirse por los siguientes principios éticos y valores:
- Transparencia: Las decisiones tomadas por algoritmos de la IA deben ser comprensibles y también explicables,
- Equidad: La IA no debe discriminar a ningún estudiante ni grupo de estudiantes.
C) Privacidad: Los datos de los estudiantes deben ser protegidos y utilizados de manera responsable.
- Responsabilidad: Los docentes y las instituciones son responsables de las necesidades tomados con la ayuda de la IA.
- Honestidad: El contenido creado por estudiantes debe ser original sin caer en el plagio.
- Mejora del aprendizaje: la IA debe utilizarse para mejorar la calidad de la educación y el aprendizaje.
- Capacitación: Los docentes deben recibir formación sobre el uso de la IA y su aplicación en el aula.
- Evaluación: Las soluciones de IA deben ser evaluadas en términos de eficacia y su impacto en el aprendizaje.
- Protección de datos: Los datos de los estudiantes deben ser protegidos de acuerdo con las leyes de privacidad aplicables.
- Supervisión: Se debe establecer un proceso de supervisión para garantizar que la IA se utilice de manera ética y responsable.
Se debe prestar especial atención a la diversidad del alumnado y garantizar que la IA sea accesible y beneficiosa para todas y todos, independientemente de su género, discapacidad u orientación sexual. Las soluciones deben ser diseñadas teniendo en cuenta la accesibilidad y la inclusión. Aunque la IA es una herramienta poderosa en las aulas, y aporta enormes beneficios, como toda tecnología bien aplicada, tiene a la vez, diferentes riesgos, sobre los cuales hablaré en el siguiente número de Orto. Junto a ello, explicaré temas tan importantes como: las leyes de la robótica, la Inteligencia artificial fuerte, el Chat GPT, procesamiento del lenguaje natural, la historia más reciente de la Inteligencia, fusión entre cerebro y máquina, etc.